Incluso quienes profesan el liberalismo sienten que hay “una casta de financistas esencialmente asegurados contra todo riesgo”. La democracia se ha transformado en un “estado de miedo”, y la violencia que azota nuestras sociedades las revela incapaces de organizarse a sí mismas. Un escrito angustiado por el futuro de Europa, a la sombra del problema de la deuda soberana, es a la vez metáfora de lo que acontece en otras partes. Marek Beylin lo escribió para la polaca Gazeta Wyborcza, y el portal esloveno Salon lo tradujo al inglés.
Este articulo de Chrystia Freeland, de hace algunos meses, en The Atlantic Monthly, relativiza –sólo un poco- y complementa –bastante- el escrito de Beylik. Se refiere a la nueva clase de superricos. La economía actual, esencialmente, más que “una” economía, parece “dos”. Siguiendo en The Atlantic, pero hoy: para Derek Thompson la falta de foco y el resentimiento, más que la conciencia de objetivos claros, gobiernan el movimiento Occupy Wall Street, pero encuentra una historia individual que contiene la crisis del milenio. Y Kai Benfield nos remite a su blog en el que explica que la expansión en suburbios es esencialmente un esquema Ponzi.