jueves, 26 de enero de 2012

Piratas. Chinos


En Monday Note Frédéric Filloux sostiene que la piratería forma parte del ecosistema digital. Evoca un encuentro informal en Paris entre personajes de los medios opuestos a la proyectada ley contra la piratería HADOPI de Sarkozy, y en poco tiempo resultó claro que todos bajaban, o lo habían hecho, contenido ilegal. La orientación es similar a las leyes SOPA y PIPA de EEUU.  Según Filloux, cuando se trata de piratería, de algún modo u otro, todos están involucrados. La misma industria musical utiliza data del filesharing para mercadeo y promoción. Sin embargo, las pérdidas son innegables: Microsoft factura en China lo mismo que en Holanda. Los consumidores hoy no quieren, por ejemplo, esperar que una serie de TV llegue a su país en el idioma local, sino que quieren ver la original, en el idioma original, al momento de su lanzamiento. Como no está disponible, la buscan pirata. La solución estaría en alternativas legales, una combinación de precios atractivos, facilidad de uso y disponibilidad.
A principios de los años 70, el sinólogo belga Simon Leys provocó un revuelo entre los maoístas parisinos con su libro “Los hábitos nuevos del presidente Mao”, nombrando las atrocidades de la revolución cultural china. En The New York Review of Books, comenta el libro del disidente chino y Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo “No Enemies, No Hatred: Selected Essays and Poems”.  El estereotipo del gigante chino que se transformará en el mayor productor del mundo esconde la fragilidad intrínseca de un régimen autoritario y corrupto, en el que los jerarcas del Partido Comunista se han aliado con el crimen organizado para dominar a la población. Liu Xiaobo, hoy preso del régimen, es un “hijo de Mao”, sus padres fueron confinados durante la Revolución Cultural, y se le impidió asistir a la escuela. Crítico de China a la vez que de Occidente, sus ensayos abarcan 20 años, desde la masacre de Tiananmen hasta la Carta 08.  En uno de ellos habla de los niños secuestrados para trabajar en fábricas de ladrillos. Las denuncias llevaron apenas a sanciones leves a los funcionarios vinculados. “En China, el bajo mundo y la oficialidad se han interpenetrado y vuelto uno”, dice Xiaobo. En no pocas ocasiones se usa a los criminales para reprimir. China ha entrado en una era de cinismo en la que nadie cree en nada. La causa no es el capitalismo rampante, sino la destrucción moral causada por Mao, cuando la gente fue obligada a vender su alma. “En suma, la transformación económica de China, que desde afuera puede parecer tan vasta y profunda, es de hecho frágil y superficial…La combinación de factores espirituales y materiales que propulsó reformas políticas en los ochentas –intelectuales librepensadores, jóvenes apasionados, emprendimientos privados atentos a la ética, disidentes en la sociedad, y una facción liberal dentro del Partido Comunista- ha desaparecido por completo. En su lugar, tenemos un programa económico de un solo cañón, guiado por la lujuria de la ganancia”. 

miércoles, 25 de enero de 2012

Ver al tiempo trabajando

En Babelia, Antonio Muñoz Molina recuerda la España que ya durante la quiebra de 2008 persistía en los proyectos dispendiosos y sin sentido. Grandes fastos visuales y ojos cerrados. Un discurso público cargado, velando lo que en verdad ocurría. En otra época, el oro de la Indias y los préstamos de banqueros genoveses llegaron a las pobres tierras que recorrieron Don Quijote y Sancho. “Mirar lo que se tiene delante de los ojos requiere un constante esfuerzo”, decía Orwell, pero ahí estaba –a diferencia de hoy- la agudeza de Cervantes, quien supo ver “el relumbrón, la fantasmagoría y la quiebra”. El episodio de los dispendiosos Duques encuentra su paralelo hoy y lleva a la misma pregunta: “sobre qué base productiva se sostiene toda esta exhibición”. La consigna común: "Por el solo hecho de haber nacido aquí te lo mereces todo; has tenido la suerte de pertenecer por nacimiento al pueblo elegido; y si algo te falta no es culpa tuya, ni nuestra, sino de esos de fuera, los que nos invadieron y ahora nos sojuzgan". La imagen de esta ceguera gregaria (sobre esto, Péter Nádas en este post) se encontraría en el Retablo de las Maravillas, un entremés de Cervantes en el que un grupo de comediantes presenta un falso espectáculo de pueblo en pueblo, diciendo que sólo aquellos que no tengan sangre judía o morisca serán capaces de verlo. En esta disposición, el tiempo transcurriría en vano, como dijera Machado: "El vano ayer engendrará un mañana / vacío y por ventura pasajero..."

Gregarismo e individualismo implican formas distintas de ver y de estar en el tiempo. David Kamp escribe en Vanity Fair sobre Lucian Freud, el pintor británico nieto del creador del psicoanálisis, fallecido el año pasado a los 88 años en plena actividad creativa, con una ética de trabajo que sería a la vez el reconocimiento de la mortalidad y una barrera contra la misma. Contrariando un enfoque muy influido por su ilustre abuelo, para Freud el artista era irrelevante y lo que importaba era su obra. A pesar de esto, Kamp arma su retrato apoyado en ella y se adentra en la privacidad del pintor, que tuvo 14 hijos de seis mujeres, y conservó cálidos recuerdos de su abuelo, aunque no daba un duro por el psicoanálisis. Su amistad con Francis Bacon lo ayudó a pintar con más osadía. Freud construía una relación personal con sus modelos: muchos de sus hijos pudieron finalmente vincularse (no sin conflictos) al padre absorbido en el trabajo, modelando para él. También pintó a Jeremy King, dueño del Wolseley en el que cenaba varias veces a la semana, a su asistente en los últimos veinte años, David Dawson, a su corredor de apuestas. Las sesiones eran, irónicamente, un psicoanálisis, en el que el modelo quedaba totalmente expuesto. Sólo que este Freud hablaba mucho y no estaba limitado por la ética profesional del psicoanalista, por lo que en varias ocasiones sus modelos fueron también sus mujeres, la última, una estudiante de arte 50 años menor. A todos los consentía (cocinaba para ellos), pero también exigía una enormidad, hasta encontrar su esencia. “Quería que hablaras para ver cómo tu rostro se movía. Sus ojos increíbles penetraban en ti”, recuerda  el artista David Hockney. El trabajo era lento, sostenido, prolongado, lo opuesto de la impaciencia que mostraba con todo lo que estaba fuera del atelier. Jeremy King, el restaurateur,  lo describe así: “soy lo que soy. Esto es lo que me gusta hacer. Si tú quieres encajar en eso, eres muy bienvenido a mi vida. Pero no trates de transformarme en lo que no soy”. Freud trabajaba en un gran retrato de Dawson con un perro cuando no pudo estarse más en pié (pintaba parado) y subió a su habitación. En dos semanas falleció. Había dicho que su trabajo era “un intento de un registro. Trabajo desde personas que me interesan, que me importan, y en las que pienso, en espacios que habito y conozco”.
En el 2012, habrá retrospectivas de sus retratos y dibujos en Londres, Texas y Nueva York. El “Retrato del Perro” estará inconcluso. Como un work in progress.
El New York Times reseña la exposición de fotografías de Patti Smith en Hartford, Connecticut. Afirma que la músico no es una gran fotógrafa. Sus fotos recuerdan las de artistas muy jóvenes, su fijación con la muerte parece adolescente. Y de pronto, dos espacios con la apariencia de santuarios, uno dedicado al poeta Rimbaud, lectura de adolescencia de Smith, y otro a Robert Mapplethorpe, su amigo fotógrafo muerto de SIDA, expresan de forma naif lo que Roland Barthes formula en su libro “Camera Lucida”, escrito luego de perder a su madre: la idea de que la fotografía tiene un acceso especial a la muerte. 

viernes, 20 de enero de 2012

Voto universal, foto de grupo


El acceso sin suscripción a la producción académica en Internet es laborioso. No se trata sólo de los libros o papers, sino incluso de las reseñas. De ahí el valor de un sitio como La Vie des Idées. Juliett Roussin, de la Universidad Paris I, reseña “L’autorité de la démocratie. Une perspective philosophique”, de David Estlund, de Brown University, en traducción al francés. Dos criterios servirían para ponderar la legitimidad de las decisiones: el procedimental, que legitima por la mayoría siguiendo procedimientos democráticos, o el epistémico, por ser la decisión mejor, o “moralmente correcta”. Para Estlund,  “la decisión democrática es legítima por resultar de un procedimiento que tiende con cierta probabilidad a un resultado justo o correcto (epistemismo), y que es aceptable para todos los miembros de la asociación política (procedimentalismo)”. A fin de cuentas, sigue Estlund, el procedimiento democrático es el único que no puede ser considerado ilegítimo por las partes. En cambio, la autoridad política de los expertos (la epistocracia) es rebatible por el Requisito de Aceptabilidad Cualificada: puede ser que el experto sea más competente y su decisión más justa, pero… ¿de dónde toma el derecho de coerción sobre sus semejantes? De ahí la “modestia epistémica” de la democracia y que Estlund hable de su teoría como de “procedimentalismo epistémico”. El aporte del libro sería presentar un marco filosófico para considerar el status de los expertos en una democracia.
Anteriormente, en 2010, Crítica. Revista hispanoamericana de filosofía, de la UNAM, publicó una nota bibliográfica de Iñigo González Ricoy, de la Universitat de Barcelona, sobre el original en inglés “Democratic authority. A philosophical framework”. El contenido es similar, algo más extenso. Cuenta que Estlund apela a estudios según los cuales, “dentro de su campo de especialidad, los expertos fueron incapaces de realizar predicciones significativamente superiores a las de los ciudadanos no expertos”. Lo cual no demostraría sino la dificultad de encontrar un grupo de expertos que se desempeñe mejor que el arreglo democrático. Estlund justifica la democracia según el procedimentalismo epistémico, pero no dice qué tipo de democracia. Nada indica que el sorteo no pudiera arrojar resultados mejores que la elección, Estlund no aporta evidencia empírica para esto, y el criterio de justificación acabaría dependiendo “del propio proceso político que sirve para justificar”.  En una de las notas a pie, González Ricoy recuerda a Montesquieu: “la elección por sorteo es propia de la democracia, la designación por elección corresponde a la aristocracia”.
Partiendo de las premisas de Estlund, Jason Brennan, de Georgetown University llega conclusiones opuestas. El paper apareció en The Philosophical Quarterly de octubre de 2011, pero se obtiene en la página web de Brennan. Arma un polémico argumento contra el sufragio universal y a favor del sufragio restringido. Ciudadanos sin la competencia necesaria no deberían poder votar, porque ejercen poder indebido sobre otros al exponerlos a decisiones no competentes por parte de las autoridades así electas. El sufragio universal violaría el Principio de Competencia, los votantes alemanes que eligieron a Hitler serían un ejemplo. Por eso es injusto. El sufragio restringido violaría el Requisito de Aceptabilidad Cualificada, que propugna que la base de distribución del poder debe ser aceptada por todos los puntos de vista calificados para ello. También es injusto.  Si aceptamos el primer principio como rector, entonces, las decisiones tomadas, por ejemplo, por un jurado parcialmente racista, tendrían que ser acatadas por provenir de la mayoría. Si aceptamos el segundo principio e introducimos un examen de competencias para poder votar, eso sería tan injusto como limitar el voto a partir de la mayoría de edad. Alguien podría argumentar que un joven de diecisiete estaría más calificado para votar que el jefe del Ku Klux Klan. Brennan lo hace. Deduce que el sufragio universal es más injusto. En Bloggingheads expone su temor de que su trabajo haga al mundo peor.
Kodak se ha declarado en bancarrota. The Guardian sostiene que la memoria de un momento Kodak se ha transformado en una frenética tomadera de fotos que nadie tiene tiempo de ver. En su época, Kodak fue tan revolucionaria como el formato digital, porque puso la fotografía al alcance de todos. 

jueves, 19 de enero de 2012

La integración pendiente


En The American Interest, Francis Fukuyama, sostiene que la identidad europea es problemática porque su base fue anti-nacional. Las identidades viejas nunca desaparecieron; sus fantasmas resurgieron con las inmigraciones de culturas que no comparten los mismos valores. Hace un análisis bien enterado y a la vez rápido de las respuestas a esta situación dadas por cuatro países, Alemania, Francia, Holanda y Gran Bretaña. El modelo republicano y laico francés es el menos problemático porque se basa en valores abstractos a los cuales puede adherirse cualquier persona. En Alemania, la dispersión de su población llevó a privilegiar la herencia de sangre, el ius sanguinis, con lo que la asimilación es más improbable. En Holanda existe la separación en “polders”, proveniente de su historia, que dividió a los holandeses en pilares: protestantes, católicos, socialistas. La tolerancia es total, siempre y cuando uno no se mezcle (nota: de aquí el origen tanto del apartheid, como de la incredulidad de los surafricanos blancos ante la incomprensión del resto del mundo). Los inmigrantes hicieron su propio pilar. Y en Gran Bretaña, el sentido individualista llevó a que el Estado no se inmiscuyera en asuntos de asimilación y se promoviera el multiculturalismo extremo.  En una segunda parte, Fukuyama habla del fracaso en lograr una identidad europea. Hay fallas de origen en el proyecto, la ausencia de mecanismos de disciplina, o de salida tanto del Euro como de la Unión, que dominan la discusión sobre todo entre economistas, pero la falla más fundamental es el fracaso de una identidad europea que defina las responsabilidades, deberes y obligaciones de los europeos entre sí. Todos estos temas se funden en uno porque son los temas que toman los partidos populistas: oposición a la inmigración y euroescepticismo. Europa ha sido un proyecto de élites. En cierta forma, el ascenso del populismo significa una profundización de la democracia, y al mismo tiempo, un tremendo peligro para ella en Europa.      
Zbigniew Brzezinski reconoce tres características de la corriente transformación global: primero, las amenazas no provienen del utopismo fanático sino de la complejidad de los cambios globales precipitados por el despertar político, segundo, el progreso social es más viable por caminos democráticos que autoritarios, y tercero, la estabilidad global pasa por la cooperación a gran escala y no por políticas imperialistas. Las aspiraciones populistas y la dificultad de articular respuestas coordinadas constituyen un peligro que debe ser enfrentado con más cooperación. La interdependencia no es un slogan, es una realidad. Brzezinski ve el potencial y la necesidad de una mayor y estrecha cooperación global, lo cual a su vez desarrollará una cultura política con bases comunes. Es hora de pensar en su institucionalización, pero los gobiernos tienen que atender asuntos contingentes. Aventura la creación de una especie de colegio de ciudadanos privados representantes de las diversas regiones para avanzar un cronograma de cooperación global hasta 2050.

miércoles, 18 de enero de 2012

As you like it


En una entrevista-perfil realizada por su director Aluf Benn, Haaretz nos acerca al dramaturgo norteamericano David Mamet. En su libro “The Secret Knowledge”, que según Christopher Hitchens es superficial, explica su migración al campo conservador, su descubrimiento de von Hayek, y ataca a la izquierda. Conoció gente conservadora por primera vez hace cuatro años y se sorprendió de lo amables que eran, pues hasta entonces la norma era escuchar: “¿sabes lo que han hecho ahora esos desgraciados?” Abrazó al judaísmo, es un entusiasta simpatizante de Israel y escribe: “Los judíos vivimos entre nosotros. Me encanta”.
Benn lo encontró en Los Angeles. El tono de la entrevista es desenfadado
-        I read that you were a nonconformist even in school.
-        I wasn't a nonconformist. I was just a fuck-up."
Mamet declara su entusiasmo por Sarah Palin, sostiene que Occidente es antisemita, que grandes literatos ingleses son también antisemitas. El perfil menciona los orígenes de la familia en Volinia, de donde emigró a América. Judíos seculares, con firme voluntad de asimilarse a EEUU, los hijos crecieron en un hogar laico. La reconversión del autor a la religión de sus ancestros fue algo indirecta, a través de su esposa, que era una gentil. Hoy se pregunta cómo es posible que haya perdido su tiempo en el show-bussiness en lugar de haber emigrado a Israel, donde ha estado dos veces.
En cuanto a su oficio, escribe a mano, no usa celular, y sostiene que lo más difícil es armar una buena trama. Los anglófonos tendrían la peculiaridad de que su escritor cumbre es un dramaturgo, a diferencia de los rusos, españoles y franceses, que tienen novelistas. En cada escena hay que preguntarse quién quiere qué cosa, qué pasa si no la consigue, y por qué ahora: más o menos lo que le dijeron en su primera clase de jiujitsu, acompañado de la salvedad de que necesitará veinte años para dominarlo.   
En el mismo diario, Yitzhak Laor sostiene que los árabes israelíes nunca han sido iguales ante la ley, argumentando contra la prohibición de que ciudadanos israelíes vivan en Israel con sus cónyuges palestinos. La ley no distingue entre judíos y árabes, pero sería discriminatoria porque raramente judíos y palestinos se casan.

martes, 17 de enero de 2012

Pasar el umbral


El río Tumen es la barrera que separa el hambre en Corea del Norte de una China de fábulas. Los niños son enviados a cruzarla para traer comida. En Granta, la escritora Krys Lee aventura un breve relato de ficción que es la odisea de tres pequeños hermanos. Hábilmente, revierte el valor de las cosas: el invierno mortal facilita el paso, al congelar el río; para darse ánimo, los niños usan consignas del Dictador que ha provocado la hambruna. En el umbral se encuentran la vida y la muerte. En un mundo en el que los adultos fallan, el sacrificio para cruzarlo es inconmensurable. Sólo un niño puede con la carga.
En Letras Libres, Graciela Mochkofsky llama la atención sobre un detalle de la reciente sentencia contra represores de la dictadura militar argentina, que llevó a doce cadenas perpetuas y cuatro condenas a veinte años. El tribunal le pidió al gobierno argentino que gestionara ante los organismos internacionales la inclusión de la persecución política en la definición de genocidio. La definición legal es obra del abogado polaco judío Rafael Lemkin y en 1946 las Naciones Unidas lo definieron como la “negación del derecho de existencia a grupos humanos enteros…por motivos religiosos, raciales o políticos o de cualquier otra naturaleza”. La causal política fue eliminada por presión de los países comunistas, cosa que, años más tarde, jugó a favor de los militares por algún tiempo. Pero en 2001 fueron derogadas las leyes de amnistía y fueron declarados delitos de lesa humanidad las torturas, asesinatos y secuestros cometidos por la dictadura. Así se ha ido haciendo justicia. Por lo mismo, según la autora, lo que está en juego ahora no sería la justicia sino la Historia.
ADN Cultura entrevista al compositor argentino Oscar Strasnoy, invitado de honor de Présences, el festival de creación musical de Radio France, donde se presentarán obras suyas y de compositores seleccionados por él. Cuenta entre sus afectos a Stravinski y Schönberg, Bartok y Berio, pero también a la opereta de Offenbach. Le gusta La Novicia Rebelde, My Fair Lady, Queen y Charlie García. La ópera puede hacerse en cualquier parte, tiene unos amigos en París que la hacen en los livings. El extranjero es la 24ta provincia de la Argentina. Boulez no asusta ni a las monjas. En Francia la educación musical es gratuita a todos los niveles, el día que Argentina tenga un sistema así será una potencia mundial. 

lunes, 16 de enero de 2012

Notificación

El Café de Pascal ha escrito finalmente algo en la página "Sobre el sitio". Y colocado una imagen para adornar un poco el blog. Se piden disculpas por la demora en hacerlo.

sábado, 14 de enero de 2012

Aislarse del mundo


¿Qué espera Europa para aislar a Hungría?, es lo que pregunta Rue89. Croacia todavía tiene que pasar el examen de admisión, y Turquía acaso no lo pase nunca, pero del seno de la Unión un estado retrocede a toda velocidad. La historia húngara le parece “fascisante”, y explica en buena parte el regusto fascista del gobierno de Orbán. En Bruselas se excusan con las desafortunadas sanciones a Austria en el año 2009, o con que cualquier acción fomentaría el chauvinismo. Reclama urgentemente el voto de censura en el parlamento europeo y retirar el derecho al voto de Hungría. Lo contrario sería “un Munich rampante”. A su vez, en La Regle du Jeu, Bernard Henri-Levi plantea que el destino de Europa pudiera decidirse en Hungría. Un país en el reaparecen las “horas más oscuras de la Historia del continente”. Y Europa no dice nada, haciéndole el juego a los Le Pen, los extremistas de Turingia y de Flandes, la Lega Nord y los Orban: desmembrarla.
En Le Monde, el filósofo Andras Lanczi encuentra justificado el “patriotismo nacionalista” en Hungría. Durante veinte años de post comunismo no se ha logrado un gran país de instrumentos políticos constitucionales. La línea de fractura se sitúa siempre entre la oposición anticomunista y comunista. No hay un consenso moral en Hungría. El Fidesz es el único partido que sobrevive desde el cambio de régimen, y Viktor Orban se ha forjado en la lucha contra los sucesores del comunismo. Al ser elegido en 2010, Orban recuperó un país que no creía en nada. La reforma del Estado necesitaba de una nueva constitución. Orban quiere crear una nueva clase media para evitar el voto por la extrema derecha.
Laszlo Rajk, quien fuera disidente del comunismo, comienza recordando 1989, cuando un joven Viktor Orbán apareció en la inhumación simbólica de Imre Nagy, asesinado por los soviéticos, reclamando libertad, democracia, y la salida de las tropas de ocupación. Rajk cuenta cómo esa aparición de Orbán torpedeó la estrategia de la “mesa redonda de la oposición”, que era buscar la negociación para no colocar a Gorbachov en una situación imposible, ni poner en peligro a la oposición de regímenes más fuertes como el checo y el de la RDA. La actitud de Orbán no es para los antiguos disidentes una sorpresa, sino una provocación política constante. Cuando se encuentra en la oposición, envía a sus aliados neonazis a la calle para aterrorizar a las personas. Elegido por poco más de la mitad de quienes votaron, su partido obtuvo 2/3 del Parlamento debido al sistema electoral. Como si no bastara, cambió la ley lectoral para favorecer aún más al Fidesz, que se vuelve inamovible. En el poder, demuestra una ausencia total de escrúpulos. La palabra “república” fue eliminada del nombre del país, y la Hungría de Orbán se parece a la Rumania de Ceaucescu: nunca se había visto en Europa del Este una transformación social tan radical, al mismo tiempo que estúpida y ridícula.
La Revista Ñ reseña el libro “La Guerra imposible”, de Juan Bautista Yofre. En un par de meses en 1982 la Argentina pasó de la diplomacia secreta a una contundente derrota militar en las Malvinas, y la dictadura llegó a su fin. Los militares derechistas acudieron a los No Alineados y pensaron pedir ayuda a Moscú, recibiendo el apoyo de Cuba, y Libia, y la hostilidad de Chile, su aliado en la Operación Condor para matar izquierdistas. Segú Yofre, “Malvinas se convirtió en un inmenso castigo para todos; una gran lección para los militares y la enorme porción de la sociedad que los apoyó de buena fe hasta el último momento. Malvinas no es el único eslabón de una cadena de fracasos que llevó a la Argentina a desconectarse del mundo”.

viernes, 13 de enero de 2012

La Historia es síncopas


La introducción de Willing Davidson, presentando en The New Yorker el libro de epístolas “Joseph Roth: a Life in Letters”, no puede comenzar mejor: “Joseph Roth, quien murió cuando Hitler comenzó a destruir Europa, fue un gran profeta de la perdición: de la propia y de la civilización. Por lo tanto, fue un perfecto hombre de su época, y perfectamente inepto para vivir en ella”. Para Roth la guerra era la mayor catástrofe posible…por la disolución del imperio austro-hçungaro, que era su hogar. Ahogado en deudas y alcohol, sus cartas lo revelan “agudo, sensiblero, serio, arrogante y finalmente trágico”. La revista escogió como muestra las cartas a su amigo Stefan Zweig. En una, habla de su amante, la hija de un matrimonio católico en el lugar donde está hospedado: “Tal vez yo sea un hijo de puta, pero la desfloración en semejante escenario literario es algo que me vale la pena”. Era un latoso pidiendo dinero: “Abuso de ti con el desesperado egoísmo de quien pone en peligro la vida de su amigo, colgándose de él, como quien se ahoga lo hace de su salvador”. La humanidad es “un concepto tan borroso que por contraste uno creería poder toparse con Dios en la próxima esquina”. Creía en la monarquía de los Habsburgo, y sobre su tiempo decía: “hoy se ofrecen defensas bestiales de la bestialidad, más corruptas aún que la bestialidad misma”. Escribió febrilmente y murió pobre.
La revista también recuerda que el copyright de James Joyce en Europa expiró con el nuevo año, y se alegra por la proliferación de puestas en escena, lecturas y ediciones que esto supone. El nieto de Joyce, Stephen, hizo de la sucesión una de las más hostiles, hasta llegar al absurdo de bloquear investigaciones académicas. La situación de las cartas y manuscritos, es decir, lo póstumo, no está clara aún.
El 3 de enero falleció el escritor checo Josef Skvorecki, radicado en Canadá desde el fin de la Primavera de Praga. The Paris Review publicó en 1989, año de la caída del muro de Berlín, una entrevista. Skvorecki cuenta que las descripciones líricas son lo más fácil, y los diálogos, lo más difícil; aprendió a escribirlos leyendo a Hemingway y por una novia que sólo sabía echar cuentos en “modo escénico”, así: y entonces él me dijo:…y entonces yo le respondí:… Cuando El Padrino, de Mario Puzo, fue publicado (por algún misterio) en Checoslovaquia, la gente pensó que hablaba…no de la mafia sino del partido comunista checo. Al darse cuenta las autoridades, ya estaba impreso. Se vendió muy bien, a pesar de los intentos por boicotearlo. La ocupación soviética y el nazismo le parecieron lo mismo; el western y el realismo socialista tienen la misma fórmula, y Skvorecky la explica. Se dio cuenta de que la Primavera de Praga tendría su fin cuando se relajó la censura: se comenzó a publicar que Jan Masarick, hijo del primer presidente del país, había sido asesinado por la KGB cuando el putsch comunista de 1948, contrariando la versión oficial del suicidio. Al primer artículo lo siguieron otros, escritos por otros periodistas, con sus propias investigaciones, y entonces hubo una serie de muertes súbitas. La policía secreta no podía permitir semejante desafío.  
Según The Atlantic, para Skvorecky una muestra más de la casi total identidad en la práctica de fascismo y comunismo se encontraría en su rechazo al jazz, música que el escritor amaba. Presenta una lista de regulaciones del Gauleiter local durante la ocupación nazi: el foxtrot no podía exceder 20% del repertorio en una noche, los tonos han de ser mayores y las letras alegres, no “judíamente” sombrías. No se permiten excesos negroides en el tempo, ni improvisaciones. Puede haber un máximo de 10% de síncopas. 

jueves, 12 de enero de 2012

El espíritu provinciano


El agregador esloveno Salon ofrece una versión en inglés del artículo de Péter Nádas aparecido en Lettre (acceso libre a un extracto de 12 mil caracteres sobre un total de 95 mil), en el que analiza las razones del fracaso del tercer (el actual) intento de modernización en Hungría. El legado del comunismo impidió que la privatización tuviera éxito. Habiendo empujado la economía a la sombra, las relaciones contractuales y el dinero fueron sustituidos por la palabra empeñada y el trueque. Compromisos ilegales no pueden ser reclamados en la corte, sólo por mano propia. La diferencia entre “sí” y “no” se borró, la palabra “recibo” es considerada todavía hoy un insulto. Quien no participa del acto de robar y estafar sancionado tribalmente es un paria. La sociedad no estaba preparada para asumir la responsabilidad ligada a la propiedad, la inversión, los impuestos, la transparencia y el equilibrio de poderes. Según Nádas, el ansia de propiedad acumulada por 40 años de socialismo ha llevado a una sociedad profundamente egotista, organizada alrededor de clanes y tribus. El párrafo siguiente es un calco de América Latina: “El espíritu provinciano aborrece la autocracia, pero compra un poco de seguridad sirviendo lealmente al próximo señor. No anhela virtudes más altas, no le gusta la universalidad en nada, ni siquiera en la Iglesia, y está feliz de ser constreñido por el clan y la familia. Consecuentemente, no entiende el individualismo, tratándolo con profundo desdén. Se muda a la ciudad, a sus vecindarios más costosos, pero odia lo urbano”.
En Arman-do.info, Corina Rodríguez Pons realiza un muy estructurado reportaje en torno al cierre de las casas de bolsa en Venezuela y el encarcelamiento de muchos directivos. Paradójicamente, el gobierno “socialista” de Venezuela, al imponer un rígido control de divisas, creó el negocio que haría ricas a las casas de bolsa. La razón: pronto se vio que la rigidez del control oficial asfixiaría la economía y por eso se permitió las operaciones de títulos de valores en moneda extranjera. Fue muy útil para el gobierno, pues vendía en moneda local bonos estatales, o de la petrolera PDVSA, con los rendimientos y el principal al vencimiento pagaderos en dólares. En muchos casos, se transformó en una forma de adquirir divisas, pues los bonos se podían vender en el extranjero en el mercado secundario. El diferencial entre el precio pagado en moneda local y el obtenido en dólares arrojaba un tipo de cambio implícito que orientaba al ilegal mercado paralelo. El reportaje se centra en la mayor de las casas de bolsa, Econonivest.  Cuatro directivos están presos en la Dirección de Inteligencia Militar, junto a un guerrillero de las FARC, un empresario-banquero y un sindicalista que fue simpatizante del gobierno y ven la luz del sol una vez a la semana. Tardaron 8 meses en recibir la primera audiencia, y 11 meses en ser imputados. De las acusaciones originales (simulación de operaciones sin títulos, especulación) no quedó ninguna en pié: el juez sostiene que el delito imputable es el de ilícitos cambiarios porque la intención de las compras y ventas de bonos habría sido la adquisición de divisas. La página presenta también un video con la versión del gobierno.  

miércoles, 11 de enero de 2012

Lo que queda de cuando mandan los milicos


La Tageszeitung de Berlín conversó con el ex presidente chileno Ricardo Lagos, quien defendió los logros de la Concertación pese a los obstáculos del pinochetismo. Muchos de ellos se han eliminado: los senadores “designados”, el alto mando de las fuerzas armadas es ahora destituible, se acabó el poder inauditable del Consejo Nacional de Seguridad. La pobreza bajó de 40% a 22%, a 13%. La derecha ha bloqueado otras tentativas de reforma: al sistema binominal, al sistema educativo, al impositivo. Los jóvenes también le reclaman a la Concertación y están en su derecho, pero Lagos pide que por lo menos le dejen explicar. Sea como fuere, para él (y muchos en Chile) a 22 años del fin de la dictadura la transición ha llegado a su fin. Chile necesita un cambio profundo en lo social, económico y político.
Y crece la percepción de que es necesaria una nueva constitución, u orden constitucional, para relevar la Constitución de la dictadura de 1980.
En The Clinic, la diputada del partido de Piñera Renovación Nacional, Karla Rubilar, se sale de la fila y critica la colusión de la UDI y RN para bloquear reformas. No sabe aún si el sistema debe ser reformado o cambiado en su totalidad. Hay que acabar con el sistema binominal y el presidencialismo. Los diputados tienen un conflicto de interés esencial, y el cambio llegó para quedarse. Si los políticos no lo lideran, serán dejados de lado. Dice que aplaude de pié al colectivo Revolución Democrática, lanzado por un sector de los estudiantes en protesta.
También hay una entrevista con Rodrigo Eitel, chico pop y sobrino nieto de Pinochet, que cuenta que en tiempos de la Unidad Popular le tiraron papas con Gillette en la cara su mamá, que era rubia y con ojos azules. Dice que sabía mucho de política porque el General le regalaba libros como ‘Política y Politiquería’, ‘Presidente Pinochet’, ‘Memorias de un Soldado’, ‘Ego Sum Pinochet’. Sostiene que cuando hubo juicios a militares los defendió porque quería que se cumpliera el Estado de Derecho sin humillarlos. Allende fue un delincuente político que no ganó por mayoría democrática sino que fue designado por el Congreso; en cuanto Pinochet, era su tío Augusto y le llamó la atención su liderazgo. Cuando murió, un grupo de unos treinta exiliados le habrían querido dar unas trompadas, pero él los confrontó sólo, “porque soy súper valiente”. Cree que hay un negocio alrededor de las mamás de los desaparecidos, que le hacen daño al país, que no puede seguir dividido por gente que ya está muerta. La izquierda miente: el río Mapocho no se tiñó de rojo, y a los que mataron no eran ningunos angelitos. La entrevistadora Verónica Torres lleva muy bien el hilo:
-        ¿A los rastas los encuentras cochinos?
-        Del momento que no se lavan el pelo, sí, po.
-        ¿Te consideras galán?
-        No mucho, fíjate, aunque me va súper bien con las mujeres. Pero soy un tonto idealista que no anda buscando conquistar para pasar el rato sino que para compartir una vida. ¿Me cachai mi volada?
-        Te cacho.
Quiere ser presidente.
Lo mejor es que el nombre The Clinic es por la clínica en la que estuvo internado Pinochet en Londres bajo arresto, frente a las acusaciones en su contra por crímenes de lesa humanidad.
Elocuentes son los muchos comentarios al final: no entendieron nada.

martes, 10 de enero de 2012

Manual del golpe de estado constitucional


El conservador partido Fidesz de Hungría, y su caudillo, el notorio anticomunista húngaro Viktor Orbán, acaban de consumar un Golpe de Estado en pleno corazón de la Europa de la Unión, al entrar en vigencia, este 2 de enero, la constitución por ellos redactada y promulgada en abril del 2011, que echa por tierra la de 1989 adoptada después de la caída del comunismo.  
En brevísima entrevista para Presseurop, el arquitecto y diseñador László Rajk sostiene que el Fidesz ha armado un entramado para no abandonar nunca el poder. Está sorprendido con su éxito, si bien precisa que en las elecciones obtuvieron 53% de los votos, pero dos tercios en el Parlamento, debido al sistema de representación húngaro. El editorial de Presseurop llama a tomar medidas  por parte de la UE, no sin decir antes que es necesaria la prudencia, pues ya cuando el partido de extrema derecha austríaco de Jörg Haider entró en la coalición de gobierno en el año 2000, las sanciones se revelaron inútiles y contraproducentes. Sostiene además, que hay puntos críticos de la nueva constitución, que se encuentran –pero nunca juntos- en otras constituciones europeas. La actitud de Europa debe ser “firme en sus principios, pero clara y comedida en sus acciones”.
El editorial es engañoso: en el caso de Austria, no se cambió la constitución, y las sanciones de la UE pudieron interpretarse como la injusta intromisión en el sagrado derecho de los austríacos a ser todo lo idiotas que quieran. En el caso de los puntos “democráticos” o no, se trata de la discusión equivocada, pues no es ni un punto de partida ni de llegada, sólo un enorme laberinto en el cual no es posible encontrar acuerdos. El contenido es secundario, lo sustancial es la pregunta de si un solo partido, arropado por una mayoría abrumadora pero circunstancial, puede escribirse su propia constitución.
Es lo que menciona la Süddeutsche Zeitung. La “revolución Nacional” consiste en adecuar a la nación a un partido y un autócrata. Es una burla a toda tradición parlamentaria que un partido, sin considerar a más nadie, imponga una constitución (desde el Fidesz dicen que se enviaron encuestas a los hogares húngaros, democracia participativa). Pero la UE y sus estados miembros siguen viendo sin interés las andanzas de Orbán. El Partido Popular Europeo, al que pertence el Fidesz, (y el PP español que tanto critica a Chávez, Correa, Morales & Co.) se comporta como un “congreso de blanqueadores” para sus socios húngaros. A Europa le urge un examen de conciencia sobre sus convicciones democráticas.    
Lo más claro y contundente que hay es la carta de protesta de antiguos disidentes húngaros. Sostienen que el gobierno quiere destruir el estado de derecho y la democracia, en la mayor concentración de poder desde que cayó el comunismo. Desde el Presidente hasta el Parlamento y el poder judicial actúan como brazos del Primer Ministro Viktor Orban. El texto deja entender: Hungría es hoy una dictatura, y explica claramente por qué. Desde la constitución, pasando por la ley de medios, el cierre de emisoras, la ley electoral que reacomoda circuitos electorales, hasta el desmantelamiento de instituciones autónomas.
La Tageszeitung de Berlín entrevista al actor János Kulka, quien cree que en Hungría todavía existe la democracia. Mientras la política misma está desempeñada por aficionados, penetra en la cotidianidad de los húngaros y las discusiones se vuelven histéricas. En el Nuevo Teatro de Budapest (Új Színház), el intendente, el escritor Istvan Csúrka, y el nuevo director artístico, el actor György Dörner, del son de extrema derecha y una agrupación de motorizados en chaquetas de cuero los apoyan. Al intendente del Teatro Nacional le dicen “maricón” en el Parlamento. Kulka no cree que Orbán tenga malas intenciones, sólo que sus ideas le parecen incomprensibles. Los húngaros quieren retraerse del mundo exterior y retroceder en el tiempo.
Según el blog Hungarian Watch, Csúrka y Dörner declararon querer hacer un teatro nacionalista que rescate los valores del pueblo húngaro para salvarlo de la dominación social-liberal, declarando la guerra al clan egotista que ha dominado la escena nacional por 100 años, y haciendo frecuentes y veladas referencias antisemitas.
El parlamento húngaro está conformado abrumadoramente por fuerzas de derecha. No sólo tiene el Fidesz dos tercios de los asientos: se le suman los de la democracia cristiana, que votó a favor, y el partido de extrema derecha Jobbik, que votó contra la constitución. Los socialdemócratas y los verdes boicotearon tanto la discusión como la votación.
Varias preguntas se plantean. ¿Puede el vencedor de unas elecciones democráticas en un régimen democrático llamar a una nueva constitución? ¿No es eso un llamado al golpe de estado? Preguntarse qué haría el PP español si el PSOE de Zapatero hubiera hecho lo que el Fidesz es ocioso y una especulación, pero ¿qué hace entonces tan criticables a Chávez, Correa y Morales? ¿No deberían expulsar al Fidesz del Partido Popular Europeo? ¿Qué harían los alemanes si la CDU, el equivalente del Fidesz, hace lo mismo? ¿O el neonazi NPD? ¿Cómo impediría la UE la propagación del neofascismo por Europa si no sienta un contundente precedente con Hungría?