viernes, 27 de abril de 2012

El diablo en los detalles


London Review of Books: John Lanchester sobre Marx
The New York Review of Books: Fang Lizhi, la ciencia y los derechos humanos

John Lanchester afirma en London Review of Books  que Marx nunca usó la palabra capitalismo, por lo menos en la primera parte de El Capital, cosa que tal vez explique algunos malentendidos. Hoy en día nada atentaría tanto contra la democracia como la condición del sistema financiero, un “capitalismo de estado” en el cual el público carga con los riesgos y las finanzas se llevan el botín. Partiendo de esto, su ensayo evalúa la actualidad del pensamiento de Marx y lo encuentra sorprendentemente visionario, como cuando entendió los ciclos de bonanza y crisis del sistema capitalista (pero de nuevo, Marx y Engels sólo hablan de “burguesía”, no de “capitalismo”). Lanchester sostiene que visto en general, Marx tenía razón, salvo cuando entramos en detalles, lo cual es algo paradójico. Recurre de forma iamginativa a las estadísticas para explicar contradicciones aparentes, como que el capitalismo haya creado innegablemente mayor bienestar, incluso considerando que cuando se toma el metro en la Jubilee Line de Westminster hacia el este, la expectativa de vida entre los hombres se reduce en un año por estación. Por mucho que proclamara el socialismo científico, Marx no era empiricista –aclara Lanchester- y despreciaría nuestra actual fijación en “los hechos”.
The New York Review of Books rinde homenaje al astrofísico y disidente chino Fang Lizhi, fallecido a principios de Abril. Mientras le hacía la corte a su novia, la invitó a “verme convertirme en un buen comunista”. Durante la Revolución Cultural cayó en desgracia; en 1989 fue el espíritu sobre las protestas pro-democracia de la primavera de 1989 que terminaron en la masacre de Tiananmen. Cuando Deng Xiaoping usó el slogan “modernización con características chinas” Fang preguntó a sus alumnos sarcásticamente si creían en la física con características chinas. “En un ensayo en estas páginas” –continúa la nota-  “nombró  cinco axiomas de la ciencia que lo llevaron a los derechos humanos”. Por nombrar sólo el último: “5. Las verdades científicas, como los principios de derechos humanos, son universales; no cambian cuando uno cruza una frontera política”.
Algo incomprensible para un no-empiricista, para el que la ciencia y los derechos humanos son instrumentos de la burguesía.

domingo, 22 de abril de 2012

Marilyn Monroe LRB

El Café de Pascal pide disculpas: no se había colocado el link al artículo sobre Marilyn Monroe de Jacqueline Rose en LRB. El error ha sido corregido.

La chica que leía



London Review of Books. Jacqueline Rose: Marilyn Monroe, una mente hermosa.

En la London Review of Books, Jacqueline Rose se pregunta: ¿qué encubría la belleza de Marilyn Monroe? “Como si la mujer”, se responde, “cuya sexualidad debía ser redención de los horrores de la historia –la mujer de la que se pretende repare una nación que está emergiendo de una guerra y que ya quiere olvidarla- le debiera a su país una muerte. América estaba negando su propio dolor. ¿Quién pagó el precio?” Pero la imagen –o proyección de imagen, en sentido psicológico tanto como técnico- ocultaba también a una persona que declaró a Life, en su última entrevista: “yo fui criada de forma distinta al niño promedio americano, porque el niño promedio americano es criado esperando que sea feliz”. El periodista Bill Weatherby intentó ignorarla en Reno, mientras filmaba The Misfits, y ella le dijo: “He visto que habla con todos menos conmigo”. Pero no estaba coqueteando. “Vd ha estado viendo a los famosos”, siguió, “ahora debería ver a los desconocidos, a los que tratan de llegar…Vaya a Schwab’s”, la conocida farmacia-fuente de soda de Los Angeles frecuentada por aspirantes. Weatherby regresó horrorizado de la adicción, el fracaso, la pobreza y la miseria que vió allí desplegadas.  Cuando el Mocambo de Los Angeles se resistió a contratar a una cantante negra llamada Ella Fitzgerald, Monroe llamó al dueño y ofreció tomar una mesa al frente cada noche si lo hacía. “La reciente publicación de los fragmentos escritos por Monroe, sus poemas, diarios y anotaciones nos dá la oportunidad de mirar en la mente de una mujer que se suponía no tenía ninguna”, escribe Rose. Revelan a una gran lectora, de variados intereses, y sorprenden por la implacable energía mental con la que Monroe se confrontaba a sí misma. En realidad, tanteaba en lo no dicho, en un terror más allá del miedo:  
“I love the river – never unmoored
by anything
it’s quiet now
And the silence is alone
except for the thunderous rumbling of things unknown
distant drums very present
but for the piercing of screams
and the whispers of things
sharp sounds and then suddenly hushed
to moans beyond sadness – terror beyond fear.”

Al principio, el artículo de Jacqueline Rose parece querer atar juntas cosas demasiado distantes. Pero pasajes como el de la segregación racial en una reunión de ciegos (¿cómo se segregan, si no se ven?), o la explicación de por qué Monroe arma una rabieta en la filmación de The Misfits (con toda razón y sin otro recurso) son inmejorables. Al final, merece una segunda lectura.   
En la misma página, el artículo puede escucharse como charla por el podcast.
Fragments: Poems, Intimate Notes, Letters by Marilyn Monroe

viernes, 20 de abril de 2012

101: La vida en números, o el miedo del portero


New York Review of Books: la biografía de George F. Kennan ganadora del premio Pulitzer
Piauí: Curt Meyer-Clason, el traductor de América Latina. Mil goles. Miles de muertos.

¿Cómo explicar una vida? ¿Cuál es su sentido? En The New York Review of Books, Frank Costigliola comentó en diciembre de 2011 la biografía ganadora del Pulitzer escrita por John Lewis Gaddis, George F. Kennan: an American  Life. Costigliola es el editor de los diarios de Kennan, a los que Gaddis tuvo acceso pleno para escribir su biografía. Fallecido a los 101 años en 2005, Kennan articuló la política de “contención” frente a la Unión Soviética en el famoso Long Telegram de 1946 (fuente:Wikipedia-George Washington University). Pero más que artífice de la Guerra Fría su posición se movió en su negación de la alternativa entre apaciguamiento o guerra. Lo cual lo llevó a oponerse a la guerra en Vietnam y la invasión a Irak en 2003. La descripción de Gaddis resulta aplanada, desatendiendo la compleja personalidad de Kennan; enfatiza lo convencional  y soslaya rasgos muy peculiares de la misma, que determinaron su pensamiento. En el año 2000, Kennan anotó en su diario que Gaddis “no tenía idea de lo que realmente estaba en juego” en la “larga batalla que estaba librando…contra la casi total militarización de la política occidental hacia Rusia”. Según Costigliola, comparado con su biografía, Kennan era más “irreverente como estudiante, más profundamente identificado con la cultura rusa como diplomático principiante, más ambivalente respecto a su matrimonio, más alienado de la vida americana, más inclinado al acuerdo y más torturado por las limitaciones de la edad”. Sostiene sin embargo, que la prosa de Gaddis es vívida y elegante; el libro, absorbente; y que si bien Kennan atraerá a otros biógrafos, nadie podrá igualar la investigación aquí desplegada.
El fútbol, Pelé y sus mil goles, destacan en la revista Piauí. Bernardo Esteves intenta una aproximacíon a Curt Meyer-Clason, fallecido a los 101 años en enero y quien, en su correspondencia con Guimarães Rosa para traducir al alemán su novela Grande Sertão: Veredas, expresó la dificultad del trabajo: “¿ha visto Vd. alguna vez a un centrodelantero alemán hacer una bicicleta? Si yo osase intentar las mismas bicicletas y quiebres lingüísticos, y las mismas piruetas sintácticas de Rosa caería de trasero en el suelo”. Llegado a Brasil en 1936 como comerciante de algodón, Meyer-Clason fue detenido en 1942 por espiar para los nazis. Habiendo confesado, según dijo, bajo tortura, negó toda su vida haber espiado alguna vez. Fue preso en el Instituto Penal Cândido Mendes, en Ilha Grande, donde un compañero de cárcel lo introdujo a la literatura. En 2001 declaró: “En vez de morir en Europa, entre millones de jovenes de múltiples generaciones…mi destino me dio la gracia de aprender y estudiar en la libre paz de esa isla favorecida”. Priscila Ferreira Perazzo, en su libro O Perigo Alemão e a Repressão Policial no Estado Novo estudió su prontuario, sin saber quién era y no recibió respuesta a su carta enviada. La obra de Meyer-Clason es tal vez el mayor puente de la literatura brasileña y latinoamericana hacia el público de habla alemana. Su espectro fue amplísimo: de Lezama Lima a Borges, de Guimaraes Rosa a Clarice Lispector. Más de 100 traducciones arrojan, según el artículo, una media anual que supera a la de Pelé (0,94) en goles por partido. Bernardo Esteves ilustra con buenos ejemplos el ingrato trabajo de traducción al que Meyer-Clason dedicó su vida.
Kelly Cristina Spinelli narra el gol mil de Pelé, anotado un miércoles de noviembre de 1969, en un partido entre el Vasco da Gama y el Santos. El portero era el argentino Edgardo Andrada: “fue un gol de penalti, de difícil defensa. Andrada honró el sobrenombre de “gato” dado por sus coterráneos: escogió la esquina correcta, saltó con agilidad y el balón llegó a resbalar por la punta de sus dedos. Pero no lo suficiente como para impedirle seguir rumbo a la red. Pelé anotaba en aquél instante su milésimo gol. La imagen muestra a Andrada golpeando la grama con rabia, mientras el camisa 10 del Santos besaba el balón en el fondo del gol, rodeado ya por decenas de periodistas”. Años después, Andrada renunció a su trabajo en el equipo Rosario Central para asumir una defensa mucho más grave: la acusación de haber participado en la muerte de dos opositores a la dictadura militar argentina que mató a miles de personas. Se presentó al tribunal en Santa Fé otro miércoles de noviembre, en 2011. El portero dice ser inocente.

martes, 17 de abril de 2012

Nuevas y viejas fracturas


El País: España: contradiccionario de la historia oficial
Politique Autrement: Christophe Guilluy: la división empieza más allá del Banlieu

La Real Academia de la Historia de España ha publicado un Diccionario Biográfico Español, acusado de ser, en buena medida, franquista y falto de rigor. En El País, Jorge M. Reverte reseña el libro que como respuesta edita el historiador Ángel Viñas: En el combate por la historia. La República, la Guerra Civil, el franquismo, que define de una vez en el título los tres períodos alrededor de los cuales se ha hecho tan penoso el consenso. 50 ensayos de 34 especialistas compendian el “estado del arte” de la historiografía al respecto. Su intención es ser un “contradiccionario”, desarmar versiones pro franquistas o poco rigurosas, como serían las del ex izquierdista Pío Mora o César Vidal, y marcar los límites que no pueden traspasarse so pena de incurrir en franquismo, con lo que -sostiene Reverte-, entraríamos en terrenos de la censura. El prólogo de Viñas y los dos capítulos finales, a cargo del mismo y de Reig Tapia, “destilan” una “arrogancia insultante”, que desvirtúa la intención de los otros trabajos. Tres asuntos problemáticos encuentra Reverte: la necesidad de poner a Franco “como el más sanguinario de los dictadores”; insistir en que la represión republicana habría sido obra de “descontrolados”; y la idea de que Franco quería una guerra larga para matar más y mejor, cuando la documentación demuestra que la guerra fue larga porque la República le plantó cara.
En Politique Autrement, Christophe Guilluy desmonta con Les nouvelles fractures de la société française la idea (extendida entre sociólogos e intelectuales) de que la brecha social y cultural transcurre en Francia entre las clases medias plenamente integradas en las ciudades y las minorías de inmigrantes de los banlieues. Su enfoque evita la oposición campo-ciudad y se asienta sobre la idea de “geografía social”. Con la revolución industrial, la Francia obrera sucedió a la rural; los barrios obreros, los barrios burgueses, las zonas industriales, todo estuvo ligado a la emergencia de la clase obrera. Después de la Segunda Guerra Mundial aparece otra geografía social, la de los Trente Glorieuses, la expansión de la clase media de asalariados y funcionarios que se distribuyen en los suburbios. Desde los años ochenta, los disturbios en los banlieues de minorías étnicas fijaron la atención sobre una nueva de geografía de “ghettos”, hasta el punto de que cuando se habla de “barrios populares” se piensa en ellos. Pero se perdió de vista el verdadero fenómeno. La desindustrialización sucede primero de las ciudades a las zonas periurbanas y rurales, antes de proseguir al extranjero. La metrópoli queda así conformada por clases medias globalizadas, profesionales, altamente calificadas, y la nueva inmigración extra-europea. En los suburbios, zonas periurbanas y rurales quedan varadas las clases populares que son los verdaderos perdedores de la globalización: 55% de la población activa. Su demografía no es decreciente, sino que va en aumento. Sus miembros típicos no son jubilados en la pobreza; son la pareja joven con hijos en situación precaria. Es la Francia mayoritaria, la del “no” –y la que votaría por Marine Le Pen. La división en Francia tiene lugar más allá del banlieu.  Artículos como el de The Economist (France´s Future: A country in denial), deberían ser contrastados con trabajos como el de Guilluy.