domingo, 22 de abril de 2012

La chica que leía



London Review of Books. Jacqueline Rose: Marilyn Monroe, una mente hermosa.

En la London Review of Books, Jacqueline Rose se pregunta: ¿qué encubría la belleza de Marilyn Monroe? “Como si la mujer”, se responde, “cuya sexualidad debía ser redención de los horrores de la historia –la mujer de la que se pretende repare una nación que está emergiendo de una guerra y que ya quiere olvidarla- le debiera a su país una muerte. América estaba negando su propio dolor. ¿Quién pagó el precio?” Pero la imagen –o proyección de imagen, en sentido psicológico tanto como técnico- ocultaba también a una persona que declaró a Life, en su última entrevista: “yo fui criada de forma distinta al niño promedio americano, porque el niño promedio americano es criado esperando que sea feliz”. El periodista Bill Weatherby intentó ignorarla en Reno, mientras filmaba The Misfits, y ella le dijo: “He visto que habla con todos menos conmigo”. Pero no estaba coqueteando. “Vd ha estado viendo a los famosos”, siguió, “ahora debería ver a los desconocidos, a los que tratan de llegar…Vaya a Schwab’s”, la conocida farmacia-fuente de soda de Los Angeles frecuentada por aspirantes. Weatherby regresó horrorizado de la adicción, el fracaso, la pobreza y la miseria que vió allí desplegadas.  Cuando el Mocambo de Los Angeles se resistió a contratar a una cantante negra llamada Ella Fitzgerald, Monroe llamó al dueño y ofreció tomar una mesa al frente cada noche si lo hacía. “La reciente publicación de los fragmentos escritos por Monroe, sus poemas, diarios y anotaciones nos dá la oportunidad de mirar en la mente de una mujer que se suponía no tenía ninguna”, escribe Rose. Revelan a una gran lectora, de variados intereses, y sorprenden por la implacable energía mental con la que Monroe se confrontaba a sí misma. En realidad, tanteaba en lo no dicho, en un terror más allá del miedo:  
“I love the river – never unmoored
by anything
it’s quiet now
And the silence is alone
except for the thunderous rumbling of things unknown
distant drums very present
but for the piercing of screams
and the whispers of things
sharp sounds and then suddenly hushed
to moans beyond sadness – terror beyond fear.”

Al principio, el artículo de Jacqueline Rose parece querer atar juntas cosas demasiado distantes. Pero pasajes como el de la segregación racial en una reunión de ciegos (¿cómo se segregan, si no se ven?), o la explicación de por qué Monroe arma una rabieta en la filmación de The Misfits (con toda razón y sin otro recurso) son inmejorables. Al final, merece una segunda lectura.   
En la misma página, el artículo puede escucharse como charla por el podcast.
Fragments: Poems, Intimate Notes, Letters by Marilyn Monroe

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