sábado, 31 de diciembre de 2011

Canto de cisne


La víspera de Año Nuevo, la Merce Cunningham Dance Company hará la última presentación de su historia en la Park Avenue Armory, de Nueva York. Al fallecer Cunningham en 2009, había sido acordada la disolución de su compañía luego de una última gira mundial, que ahora llega a su fin y presentó 18 obras. Alma Guillermoprieto, quien fue su alumna, lo evoca en The New York Review of Books: la exigencia física e intelectual que imponía a sus bailarines, pero también su proverbial cortesía. Su trabajo se desarrolló junto a John Cage, Jasper Johns y Robert Rauschenberg, entre otros. Mañana el espíritu de quien bailara “como en fuego” según Guillermoprieto, revivirá por el milagro de la escena una última vez.
En The Sidney Morning Herald el filósofo Damon Young reflexiona sobre las borracheras de Año Nuevo. Si bien ya los antiguos griegos cultivaban la filosofía en simposios, es decir, celebraciones con vino, la embriaguez como recurso se debe en el fondo a que la mayoría de los eventos sociales o familiares son tediosos, y más aún, a causa de la embriaguez general precisamente. Séneca apuntó lo difícil que es permanecer sobrio cuando el resto del mundo no lo está. Séneca era un estoico, y los estoicos creían que la miseria venía de una excesiva fe en el mundo exterior: la felicidad no se logra a través de otros o de cosas, sólo es posible desde la propia psique. La cual es desarmada a través del alcohol, de ahí su rechazo. Según Young, tal vez haya que pensar en cambiar de grupo, si la perspectiva de pasar la noche sin beber parece aburrida. O recurrir a la soledad, pues tal vez valga la pena meditar por qué la familia y los amigos se hacen llevaderos con la bebida. Las preguntas difíciles hay que hacérselas, no ahogarlas.
El poema de la semana en el Times Literary Suplement, es de Wisława Szymborska. Comienza en tono prosaico para inadvertidamente transfigurarse de verso en verso, así como la casualidad se vuelve destino en el encuentro de los dos amantes objeto del poema. Y finaliza (con perdón por traducir del inglés la traducción del polaco):
Todo principio
Es sólo una secuela, después de todo,
Y el libro de eventos
Siempre está abierto hasta la mitad

viernes, 30 de diciembre de 2011

Masa critica


La revista Piauí se declara en luto e invita a compartir su pesar por la muerte del Gran Líder de Corea del Norte. Presenta un dossier sobre quien “revolucionó el corte de cabello mundial” para “mostrar su grandiosidad”, con una serie de artículos históricos y vídeos para “hacer coro con el llanto de los norcoreanos”. En enero del 2007, la sección “esquina” trajo un artículo breve sobre el funambulesco propagandista del régimen, Jean Baptiste Kim,  radicado en Inglaterra, y su intención de organizar un improbable festival de rock en Pyongyang. Un mes más tarde, nos narra cómo Jean Baptiste se transformó en disidente y abrió una tienda de celulares en la provincia. El límite entre realidad y surrealidad es imposible de encontrar, a ratos parece una broma antropofágica, como casi todo lo que tiene que ver con Corea del Norte. La revista también publicó el testimonio del pizzaiolo Ermanno Furlanis, quien fuera llamado junto a su cocinero para enseñar el arte de hacer pizza en el país de Kim Jong-Il, especie de versión de la aventura de Macunaima en el lar del gigante antropófago. Un viaje que comenzó con horas y horas de comilonas en el avión y las respectivas esposas quejándose del lugar al que han sido llevadas, y prosiguió con más comilonas en el país de las hambrunas. Los huéspedes fueron llevados a “bailar”, o más bien, a hacer figuras en una muchedumbre de 30 mil personas, conmemorando alguna fecha patria, y no lograron evitar la emoción, tal vez sin fijarse si uno de los rombos en los que estaban era una parte del retrato del Gran Líder. Al llegar finalmente el momento de la primera pizza, Furlanis pidio 24 horas para que la masa fermentara. Le dieron cuatro. El tono jocoso no oculta la sensacion de ser prisioneros de facto por unas semanas. Observaron ráfagas de la miseria en medio del fasto y la opulencia oficial. Hicieron pizza en alta mar, viendo el fondo marino en un parque de diversiones flotante, y sus alumnos anotaron hasta la distancia entre las aceitunas. La entrega de Piauí es una versión recortada, el artículo más extenso se puede leer en Asia Times, en inglés, en su primera, segunda y tercera parte.    
Y Bruno Moreschi, en la seccion “esquina”, del presente numero hace una cronica del autobus Masa Critica, que lleva a profesores y estudiantes de Sao Paulo a la Universidad de Campinas en un trayecto de dos horas. A las 6:00 am un estudiante proclama que Habermas es una farsa y su contertulio responde que no se enreda en discusiones con foucaltianos. Quienes quieren leer (el diario entero, dice un profesor de ciencias politicas), o dormir, son importunados por los polemizadores y los que hablan por celular, el momento de cuyo advenimiento marca, segun otro profesor, el comienzo del fin de la armonia en la linea.   

jueves, 22 de diciembre de 2011

Cuerpo y alma


En Le Monde, David Cronenberg habla de su última película, A dangerous method, basada en la pieza The Talking Cure de Christopher Hampton, quien también escribió el guión. Trata de la relación analista-paciente entre Carl Jung (Michael Fassbender) y Sabina Spielrein (Keyra Knightley), desbordada hacia relación amatoria, y la intervención de Sigmund Freud (Viggo Mortensen). Spielrein se hizo después ella misma psicoanalista. Freud apenas menciona a pié de página que ella es el origen de la idea del instinto de muerte como parte de la sexualidad. Jung no la menciona. Sin embargo, luego se descubrió que las nociones de ánima y ánimus se originan en ella, como lo reveló un maletín encontrado en Ginebra con su correspondencia. Cronenberg rehuyó el enfoque fantástico del tema, en buena medida porque el psicoanálisis trabaja con la palabra, y el período del imperio austro-húngaro, si bien próspero, es reprimido. Entre Freud y Jung, prefiere al primero. Jung le parece esotérico, Freud se limita más al cuerpo. Y el cine es el arte de filmar al cuerpo.

martes, 20 de diciembre de 2011

Navidad cruenta en la casa de los Atridas


La escenografía de Giles Cadle es el corte transversal de una villa granburguesa, revestimientos de mármol en el vestíbulo. En el piso inferior, las áreas sociales, el árbol de navidad, el piano de cola. En el piso superior, escenas del crimen. En el baño y en el dormitorio, inspeccionados por personal forense, precintados, las paredes salpicadas en sangre. Es la casa de los Atridas y allí fueron muertos Agamemnon y Clitemnestra. Impresionados se muestran el crítico de Die Zeit, que entrega una detallada crítica musical y escénica, y el de Neue Zürcher Zeitung, más centrado en la trama y sus implicaciones, ante el estreno de la ópera Orestes, de Manfred Trojahn, en De Nederlandse Opera en Amsterdam.  La puesta en escena estuvo a cargo de Katie Mitchell, quien provocó un revuelo dirigiendo a Luigi Nono en Salzburgo en 2009. “Short and thrilling”, así resume ella esta obra de 80 minutos en la que Trojahn fue a la vez compositor y libretista, tomando libremente de Eurípides. La obra comienza con el grito final de la Elektra de Richard Strauss, y mezcla realidad, sueño y locura. Sus personajes tienen “severos desórdenes”, como explica Mitchell de Orestes, y tal vez sea por esto que a Trojahn se le ocurrió juntar en un personaje a Apolo y Dionysos, extremando a Nietzsche. En pantalla dividida vemos al equipo forense y las alucinaciones de Orestes, perseguido por las voces de su madre reproducidas en altavoz, junto a la trama para asesinar a Helena, hermana de Clitemnestra y origen del todo el mal. Pero será su hija Hermione quien logre conectar con la humanidad de Orestes. La página del teatro muestra además del teaser, una especie de “making of”, y una entrevista con el director musical Marc Albrecht.    
Foreign Policy entrega una resumida lista de las extravagancias de Kim Jong-Il, el dictador de Corea del Norte fallecido en estos días. Su padre, Kim Il Sung, encarceló por siete años al poeta y comunista venezolano Alí Lameda, sin razón alguna, y sin que Fidel Castro ni otras luminarias socialistas movieran un dedo para ayudarle. El testimonio de Lameda fue crucial para develar la cruda verdad de los campos de concentración en Corea del Norte. Y emergió de la cárcel con un libro impreso en su memoria: “Soneto del viajero enlutado”. La estirpe de Kim Jong-Il y sus imitadores tropicales no puede ni medírsele.
En enero de 1989 Vaclav Havel estaba preso en Checoslovaquia y los estudiantes universitarios no sabían los títulos escritos por Kafka. En La Regle du Jeu, Gillles Hertzog recuerda una visita que hiciera en esa época a Praga con Bernard Henri-Levi: una ciudad casi fantasmal, en la que los disidentes de la Carta 77 se sentían desesperadamente aislados y derrotados. Visitaron la casa de Havel y hablaron con su esposa, quien les dijo que su marido creía que el régimen caería pronto. En el aeropuerto les hicieron sentir la presencia del estado policial socialista. En diciembre de ese año Havel fue electo presidente. Murió libre.

lunes, 19 de diciembre de 2011

El fin del postmodernismo


Caffé Europa entrega un artículo de Corrado Ocone, tomado de Il Riformista, en el que expresa su insatisfacción por el debate entre postmodernistas y neorrealistas en Italia. El punto de partida de Ocone es el artículo del novelista Edward Docx, escrito para Prospect en ocasión de la “retrospectiva” sobre el postmodernismo en el Victoria and Albert Museum de Londres que dura hasta el 15 de Enero. Ocone comienza definiendo el posmodernismo como el fin de las grandes narrativas: marxismo, ilustración, idealismo –lo que ya sabemos. En su equiparación de todos los discursos y la consiguiente relativización, habría sido, dice Docx, un último desafío al capitalismo tras la caída del comunismo. Para Ocone, junto a Vattimo, del desierto de las ideologías sobrevivió “la  más peligrosa, porque se presentaría como una no-ideología”, del neoliberalismo (“perspicacia” marxista que hoy es lugar común); según Docx, al atacar el posmodernismo todo y relativizar todo, no queda un sistema de valores en pié, y por ejemplo, en el arte, el valor se mide en dinero. El Capital se ajusta a todas las necesidades. El resultado no intencionado sería la hegemonía del mercado, lo opuesto a lo que originalmente quiso el posmodernismo. Un bello ejemplo de cómo discurren de forma distinta el pensamiento anglosajón y el continental europeo.     
Ocone presenta a Maurizio Ferraris, ex alumno de Vattimo que rompió con su maestro, como representante de los neorrealistas italianos, que propugna el regreso a un realismo “ingenuo”, previo a Kant, botando al mar todo el pensamiento moderno desde entonces. Para Ferraris existe la realidad y la verdad, como objetos y exactitudes, no como discursos o narrativas. El debate entre neorrealistas y posmodernos estaría dejando por fuera toda la filosofía después de Kant, la filosofía clásica alemana, a la que considera el fundamento sobre el cual se monta la italiana, y notablemente a Hegel. Sería como si estuvieran botando el agua sucia del utopismo marxista junto al bebé de su canon de interpretación histórica. Y apartando el legado de pensadores como Croce y Gramsci.
Edward Docx, por su parte, cree detectar un incipiente deseo de autenticidad y valores, de experticia y prolijidad. Lo llama, a falta de una mejor idea “autenticismo”.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Libertad o paradoja


Peter Wilby escribe para The Guardian, con humor e ironía, un obituario a Christopher Hitchens: de estilo vigoroso y a veces pomposo, con amplias lecturas y memoria prodigiosa, recordaba al instante todo lo leído o escuchado alguna vez y, como buen polemista, mostró grandes habilidades de observación y reporterismo. En Oxford, se dedicó al activismo político de izquierdas. Perteneció a la generación del 68, perdió la virginidad por una mujer que lo idolatraba, compartió el lecho con dos futuros miembros del gabinete. Se volvió, dice Wilby, “eventualmente un dedicado heterosexual porque, decía, su porte desmejoró hasta el punto de que ningún hombre querría tenerlo”. Pero no sucumbió al encanto por Mao y Fidel, aunque siguió admirando al Ché y a Lenin. En 1979 deseó secretamente el triunfo de Thatcher, para “acabar con la mediocridad”. Se hizo amigo de Paul Wolfowitz, y sus hijos fueron a escuelas privadas. A temprana edad emigró a EEUU, donde desplegó su carrera, y la emprendió con Henri Kissinger, Bill Clinton, y la Madre Teresa. Se declaró judío y apoyó a los palestinos. Su “frío y sostenido odio”  a toda religión lo nutría “como todo amor”. Alcanzó renombre mundial con su libro “Dios no es bueno” (“God is not Great”, en inglés).
Hizo lo que pudo por ser un librepensador.
Según la reseña del libro Thinking, fast and slow, de Daniel Kahneman, escrita por Freeman Dyson para New York Review of Books, esto no es factible debido a la “ilusión de validez”. La falsa creencia en la confiabilidad de nuestro juicio fue descubierta por Kahneman a los 21 años, cuando sustituyó para el ejército israelí el método de oficiales escogiendo a los reclutas guiados por su juicio como “expertos”, por estadísticas recogidas mediante cuestionarios. El método estadístico resultó infinitamente superior para predecir quienes serían buenos en cuales ramas de las fuerzas armadas. Al descubrir la “ilusión de validez”, sostiene Kahneman en paradoja, descubrió también su “primera ilusión cognitiva”. El cerebro está dividido en el sistema uno y el sistema dos. El uno es rápido e intuitivo, permite reconocer rostros y palabras en fracciones de segundo y está basado en emociones intensas. Confiamos en su juicio, pero se equivoca a menudo, sólo que en la selva es preferible ser rápido y estar equivocado, que ser lento y estar en lo cierto. Que es como funciona sistema dos, que revisa las acciones de sistema uno, evalúa y permite corregir, crear arte y cultura. Pero sistema dos es flojo, por lo que tendemos a regresar al uno. Dyson lamenta que Kahneman ni siquiera mencione a Freud, pero lo entiende: Freud se centra en el inconsciente, similar al sistema uno y por definición, no medible por el sistema dos, similar al consciente, en el que trabaja Kahneman. Su labor le ha valido un Nobel en Economía por descubrimientos como el “efecto de dotación” o “certidumbre”, que consiste en dotar de mayor valor las cosas que poseemos a las que no, o querer vender caro y comprar barato. Este efecto es beneficioso, por estabilizador, en épocas pacíficas y prósperas, y pernicioso en momentos de pobreza. Muchas transacciones no llegan a cerrarse por él,  y contradice la idea de mercados perfectos. Kahneman quiere dejar como legado un nuevo léxico, libre de subjetivismo, al que pertenecen las expresiones “ilusión de validez” y “efecto de dotación”. Resulta irónico que la traducción del original “endowment effect” no sea directa y plena (aunque sí literal). O precisamente. 

martes, 13 de diciembre de 2011

Más Democracia


El Café de Pascal quiere agregar los siguientes enlaces para completar la información sobre la instalación Ser y Durar del colectivo Democracia comentada en el Post anterior. En el sitio de L'Unitá vemos otro corto del Parkours por el Cementerio Civil de La Almudena, en el que la dimensión del recorrido es más manifiesta, así como las inscripciones en las losas que revelan la particularidad de este camposanto: está construido para quienes no profesan la Fe Católica, y por lo tanto muchos militantes comunistas o socialistas fueron enterrados aquí, en la convicción de que su lucha no había terminado. En entrevista para El Cultural, publicada en forma harto recortada, Democracia plantea la necesidad de la desobediencia civil para abrir nuevos espacios de soberanía popular.

domingo, 11 de diciembre de 2011

El difícil arte

Un día antes de firmarse en Bruselas el nuevo acuerdo para salvar al Euro, en El País, Lluis Bassets proclama el fin del soberanismo en Europa, con lo que sería la mayor cesión de soberanía desde la fundación de la Comunidad Económica en 1957. Ahora se quiere la entrega de la política presupuestaria, “el alma política del Estado nacional”. Pero considera que es la única forma de preservar “nuestro bienestar y nuestras formas de vida” en una Unión Europea que funcione.
Bassets cita el artículo de Mark Leonard, del think tank Centro Europeo de Relaciones Exteriores. Leonard construye el artículo sobre oposiciones. Los líderes europeos están sometidos a la tensión entre mercados globales, que han perdido paciencia con la toma de decisiones multilaterales, y votantes, que han perdido la paciencia con la globalización. La integración europea ha estado determinada por dos imágenes en espejo: tecnocracia y populismo. La primera es gerencial, gira alrededor de solucionar problemas, y su método de pequeños pasos ha sido clave en la integración. El segundo es carismático, promueve políticas de identidad, y sus exponentes más extremos creen que la división hoy no es entre izquierda y derecha, sino entre globalizadores y patriotas.     
Cuatro caminos habría hacia una solución. La asimilación asimétrica, dirigida por el Consejo Europeo, que sería una forma de ir improvisando soluciones por vía intergubernamental y no comunitaria. La eurozona reducida, con retiro de Grecia, vía que puede resultar muy costosa, según cálculos de UBS, sustancialmente más que una ayuda completa, y no descarta complicaciones gravísimas. El tercero, la reescritura de los tratados: en esta opción las posiciones varían desde una “unión de estabilidad” con reglas y mecanismos de coerción a intentar de una vez unos “Estados Unidos de Europa”. La cuarta posibilidad, es una Europa a dos velocidades en la que los países de la zona euro y otros que se sumen, realizan tratados fuera de la institucionalidad europea para luego ser incorporados (los tratados) a ella. Es una especie de híbrido entre la primera y la tercera opción, con el riesgo de que salvar al Euro destruya la UE. Es el camino tomado hace dos días en Bruselas, y pasa por la cesión de soberanía.
Eurozine hace un resumen en inglés, del artículo de Albrecht von Lucke en Blätter für deutsche und internationale Politik. Lucke coloca la actual crisis a la sombra del dictum del “jurista del horror” Carl Schmitt, según el cual “soberano es aquél quien decide sobre el estado de excepción”, para describir lo que califica de la más pesada prueba a la soberanía de los Estados europeos desde los años 30”.  Sostiene Lucke que los mercados dieron un “putsch” en Italia y Grecia. Sin embargo, la realidad es que el Parlamento italiano convocó el tercer “governo tecnico” en su historia, y que a Papandreu lo convenció su partido de renunciar. El uso de la palabra “putsch”, la asociación con los años treinta y con Carl Schmitt, en suma, con el auge del fascismo, pueden ser sugerentes, pero no parecen concluyentes, y ni siquiera justificados en este caso.
El artículo tiene el mérito de plantear temas importantísimos, y el defecto de diluirlos en retórica programática. Acaso una señal de nuestros tiempos.
El mismo viernes del acuerdo europeo en Bruselas, Anselm Kiefer firmó contrato para comprar un reactor nuclear, lo cual es una línea consecuente desde sus inicios como artista plástico, cuando se sacaba fotos haciendo el saludo nazi. The Guardian publica una semblanza con motivo de la inauguración, ese mismo día, de la exposición, Il Mistero delle Cattedrali, sobre 11 mil pies cuadrados en la White Cube Gallery de Londres.  “El Arte es difícil. No es entretenimiento. Cuando veo un artista nuevo me doy mucho tiempo para reflexionar y decidir si es arte o no”, dice Kiefer. Quien compra arte no lo entiende. Por eso le gusta el anti-arte de Damien Hirst, que subastó él mismo sus obras en Sotheby´s el mismo día de la quiebra de Lehman Brothers por 93 millones de libras.
Dice Kiefer que los alemanes no distinguen entre la arquitectura nazi y el arte nazi (¿Será por eso lo de Carl Schmitt?). “El arte nazi es realmente horrible”, dice, “pero la arquitectura de los 30 no es específicamente alemana”. Albert Speer habría sido un pésimo político pero no un mal arquitecto, y Berlín ha debido ser reconstruida según las líneas trazadas por Speer y Hitler. Además, han debido dejar en pié pedazos del Muro, el pasado no puede borrarse.
Kiefer cree en una Europa de las regiones, y apoya a Angela Merkel: “no quiere ser carismática, hace su trabajo a la antigua forma prusiana, eso me impresiona”.
El Cultural reseña la muestra 1812-2012 una mirada contemporánea, para conmemorar los 200 años de la Constitución de Cádiz, la primera de España, a quien llamamos La Pepa, con 18 propuestas a partir de alguno de sus artículos. El dúo Democracia (Iván López y Pablo España), presenta Ser y Durar, basada en el artículo 2: “la Nación española es libre e independiente y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona”. En el MEIAC de Badajoz, nueve monitores muestran varios traceurs recorriendo un cementerio de Madrid, practicando lo que se conoce como Parkours, “el arte del desplazamiento”. Basado en el “Metodo Natural” de entrenamiento de Georges Hébert, el Parkours enseña a desplazarse del modo más eficiente y fluido en la ciudad, distinto al previsto por los planificadores, saltando como Jackie Chan por las azoteas. No hay competencia sino intercambio de técnicas. Todo debe fluir y nadie debe ponerse en peligro. El lema del Hebertismo es: “ser fuerte para ser útil”. Y la idea de unos traceurs desplazándose por las tumbas de la historia española para conmemorar las luchas emancipadoras (“España no pertenece a nadie”) es hermosa. Sin embargo en el video de la página web de Democracia la  acrobacia priva sobre el desplazamiento y se pierde justamente el recorrido. Los colores rojo y negro, el atavío ninja, el porte marcial,  nos confunden un poco porque provocan connotaciones a la vez comunistas, anarcosindicalistas, ninjas y fascistas. Ser y Durar entra en choque con la inscripción de una losa: nada hay después de la muerte. Pero la idea no pareciera pensada hasta el final. Lamentablemente, el periódico “Soberanía Popular”, que se distribuye en la instalación y forma parte de ella, no puede ser leído online.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

En busca de El Dorado


Buena parte del narcotráfico se ha ido de Colombia a México, el mito de El Dorado tiene varias formas. En Gatopardo, Ioan Grillo casi sufre un ataque de pánico en un túnel bajo tierra, al sentir cómo disminuye el oxígeno y escuchar de pronto al río Cauca fluir poderoso encima, como si fuera a colapsar el túnel. Son dos de las causas de muerte entre los mineros del oro en Colombia. El metal ha subido de precio, la fiebre del oro está de vuelta, y las milicias armadas se lo disputan. Extorsionan a los mineros. Es la nueva cocaína.
Alma Guillermoprieto sostiene en El Puercoespín, que la conclusión más desalentadora de la guerra contra el narco es que tal vez no se haya librado. Cita dos artículos de Héctor de Mauleón (uno sobre Beltrán Leyva y otro sobre el Chapo Guzmán) para la revista Nexos, alimentando las sospechas de conexiones de los capos incluso con miembros de sucesivos gabinetes. Las grandes victorias del Estado contra el narco se deberían a inteligencia de los propios narcos. Lo que habría sería una guerra entre narcos, desatada por el gobierno mexicano, en la que el límite entre el Estado y el mundo del crimen es difuso. Hasta el punto de que los Zetas eran miembros de la unidad antidrogas del Ejército, y hoy han llevado al paroxismo la violencia, rompiendo todo código de honor y guerra. La veneración a La Santa Muerte por parte de las bandas del Golfo, los asesinatos de muchachas centroamericanas para ofrendarlas a esta figura macabra, los asesinatos de mujeres en Juárez, hablan de una nueva cualidad en el ejercicio de la violencia. Sin embargo, Guillermoprieto no cree que se pueda hablar de un Estado fallido, porque en un estado fallido “los conductores no se detienen en la luz roja y la basura no se recoge puntualmente”.
Lo cual parece más bien Venezuela. En Nexos, el constitucionalista Pedro Salazar Ugarte escribe una crónica de su viaje oficial a la República Bolivariana, que no difiere en mucho de los relatos de otros viajeros, pero del siglo XIX. La hospitalidad y la atención son impecables, la gente es igualitaria, nivelada en una clase media baja, y bastante uniforme. La ostentación y el lujo oficiales contradicen el discurso revolucionario. Caracas es desaliñada y decepcionante, pero entre sus interlocutores campea la megalomanía (el Quijote fue inventado en Venezuela, el mejor país del mundo, el mayor vitral del mundo, etc.).
Ve poco de la ciudad. Otros delegados son marcados por guardias de seguridad cuando salen a trotar.
Al asistir a la apertura del evento oficial la Presidenta del Tribunal Supremo habla de “la odiosa separación de poderes”. Luego, el presidente Hugo Chávez extiende a casi tres horas su discurso de 20 minutos, interrumpido treinta veces por aplausos. Un diputado sentado en la fila de atrás repite cada palabra del líder. Salazar Ugarte anota que “el tirano se apodera de nuestro tiempo a capricho”. Cuando al día siguiente se da cuenta de que otro evento es una celada propagandística lo abandona, pero no lo dejan partir al hotel sin su chofer.  
Al abordar el avión, escribe: “México, mi país, con sus miles de problemas y su indignante injusticia social, se me antojó moderno, democrático y libre”.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Cervantes/un principiante que promete mucho/ Schakespeare/un jovencito que dará qué hablar


El Cultural trae una muestra de los poemas del antipoeta Nicanor Parra, quien acaba de ganar el Premio Cervantes, a los 97 años., con versos como este, llamado La Fortuna:

La fortuna no ama a quien la ama:
Esta pequeña hoja de laurel
Ha llegado con años de retraso.
Cuando yo la quería
Para hacerme querer
Por una dama de labios morados
Me fue negada una y otra vez
Y me la dan ahora que estoy viejo.
Ahora que no me sirve de nada.

Ahora que no me sirve de nada.
Me la arrojan al rostro
Casi
como
una
palada
de
tierra...

También dijo que antes de él la poesía era el paraíso del tonto solemne. Y en ese tono transcurre casi todo lo que se ha publicado a raíz del premio. En la entrevista de Babelia el entrevistador protagoniza…y es algo solemne. Pero tiene buenas frases del poeta e información sobre su vida. En cuanto a su oposición a Neruda, vaya este párrafo: “En el auto, camino al restaurante, (Parra) mira por la ventanilla y dice, divertido:
 -¿Usted es de Buenos Aires? Una vez a Borges le preguntaron qué pasaba con la poesía chilena y dijo: "¿Qué es eso?". Y le dijeron que ahí estaba un premio Nobel que era Pablo Neruda. Y dijo: "Ya lo dijo Juan Ramón Jiménez, un gran mal poeta". Y eso que Neruda todavía no había descubierto el kitsch. Y le preguntaron por Nicanor Parra. Y dijo: "No puede haber un poeta con un nombre tan horrible".”

Pero The Clinic sí da muestras de imaginación y humor en su versión online (copada por Parra), tal vez porque en cierto modo este es tanto inspirador como talento “in-house”. Para Roberto Bolaño, sólo el poeta mexicano Mario Santiago ha tenido una lectura lúcida del antipoeta, que para los demás es un meteorito oscuro, la aldea de Santiago está llena de zombis, y Parra escribe como si lo fueran a electrocutar al día siguiente. Versos como estos: “Los cuatro grandes poetas de Chile/ Son tres/ Alonso de Ercilla y Rubén Darío”.
La revista trae también muestras de “El Quebrantahuesos”, pasquín-collage copy-paste de Parra (rompecabezas-quebrantahuesos, ¿cachai?), y fotos de sus “artefactos” destacando la (en aquél entonces) improbable conjunción del Manifiesto Comunista, Mein Kampf , y el Manual de urbanidad y buenas maneras para uso de la juventud de ambos sexos en el cual se encuentran las principales reglas de civilidad y etiqueta que deben observarse en las diversas situaciones sociales, precedido de un breve tratado sobre los deberes morales del hombre, de Manuel Antonio Carreño, lectura seminal (esta última) para todo chileno educado.
Y alumnos y ex colegas recuerdan cómo Parra hizo para no volverse loco durante la dictadura, refugiado en el “Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad de Chile, una isla de pensamiento y libertad”. A un colega le habría dicho:
“No, yo no me voy a ir de aquí porque yo me nutro de esto. Yo necesito esto para mi trabajo poético”.
El Centro Virtual Cervantes presenta un fragmento de la traducción que Parra hiciera del Rey Lear de Shakespeare, en el que Oswald se compara a una pelota de tenis, Kent le insulta diciéndole futbolista (pero esto sí sale en el original), y Lear hace lo propio diciéndole quiltro, voz chilena por donde la vean.