sábado, 22 de diciembre de 2012

El umbral nacional de la vergüenza

Le Nouvel Observateur, David Caviglioli: Houellebecq regresa en tiempos patrioteros

The New Yorker, Jon Lee Anderson: ¿Cuántos muertos son necesarios? Jeffrey Toobin: la Segunda Enmienda significa otra cosa. Jill Lepore: EEUU, campo de batalla

El País, Moisés Naím: América Latina, el asesinato como costumbre.

En Le Nouvel Observateur, David Caviglioli resalta que mientras Gérard Depardieu se larga de Francia, indignado por el nuevo impuesto de 75% que el gobierno quiere cobrar a quienes ganan más de un millón de Euros anuales, Michel Houellebecq decide regresar porque extraña el idioma francés. En medio de la furia mediática contra Dépardieu, se distancia sin embargo de motivaciones patrióticas. “Yo no soy un ciudadano, ni quiero serlo”, habría dicho en alguna ocasión; Francia sería un “cruce entre museo, parque de atracciones y supermercado”. Sin embargo, su lectura del país place a los franceses. Caviglioli recuerda que mientras el patriotismo más cretino resurge con el caso Depardieu, todo francés tiene todavía el derecho de odiar a su patria, el derecho de abandonarla. Y el de regresar.

En The New Yorker, Jon Lee Anderson pregunta: “¿qué necesita una sociedad para sentir asco de su comportamiento y cambiar sus actitudes?” ¿La masacre en la escuela Sandy Hook de Newtown, Connecticut, llevará a una nueva conciencia sobre la violencia en EEUU y su relación con las armas? En el Reino Unido una masacre en una escuela en Escocia fue el motivo para aprobar una legislación que prohibió el porte de pistolas o armas semiautomáticas. Las tasas de homicidio por arma de fuego en EEUU fueron de 2,97 contra 0,07 por cada cien mil habitantes en Inglaterra y Gales, según un cálculo de The Guardian. ¿Hace falta que alguien asesine a cien niños para que algo cambie? “¿Cuál es nuestro umbral nacional de la vergüenza?”, concluye el artículo. (Aquí y aquí en castellano)

La Segunda Enmienda de la Constitución es invocada por los defensores del derecho a portar armas libremente. Pero Jeffrey Toobin explica que se trata de una interpretación reciente de la misma. La enmienda garantizaría el derecho de las gentes a portar armas para…conformar “milicias bien armadas y reguladas”: una clara inspiración en la Guerra de Independencia, en similitud con el modelo suizo. A partir de los años 70, un golpe de timón en la National Rifle Association (NRA) y el auge conservador encabezado por Ronald Reagan dieron paso a la interpretación (diríase arbitraria) como derecho individual. Toobin refiere a un reportaje de Jill Lepore, quien revela que la discusión sobre control de armas se avivó con el asesinato de Kennedy: Lee Harvey Oswald compró su rifle por correo. Curiosamente, el enfoque actual provendría de la lucha por los derechos civiles. En 1964 Malcolm X habría dicho: “El artículo número dos de las enmiendas constitucionales le otorga a Usted y a mí el derecho de poseer un rifle o una pistola”. Y los Black Panthers habrían promovido el armamentismo de los individuos para defensa propia. “Si estar armado para defensa propia no es visto como un fracaso de la sociedad civil…sino como un acto de ciudadanía, es poca la vida civil que queda en pie”, concluye Lepore.

En un breve artículo en El País, Moisés Naím teme que las reacciones a Sandy Hook pasen a formar parte del perpetuo círculo de indignación y posterior inacción, pero indicarían que por lo menos todavía hay sensibilidad ante los hechos. En América Latina la realidad es infinitamente peor: con apenas 8% de la población mundial, se comete 42% de los asesinatos del planeta, bajo la indiferencia general. La tasa es cinco veces superior a la de EEUU. Ni la pobreza, ni el narcotráfico, ni la desigualdad social alcanzan como explicaciones. Desconcierta que dado el  titular “La gente más asesina del planeta”, y las cifras terribles, el tema se despache casi en una nota al margen. Uno se pregunta dónde está el trabajo editorial del diario. El final es intrigante: “Esta es mi última columna de este año. Regreso en enero. ¡Feliz 2013!”.

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