viernes, 28 de octubre de 2011

El sueño de la razón produce monstruos

En The Stone, el blog de filosofía de The New York Times, Gary Gutting discute el Nuevo libro de Steven Pinker, “The Better Angels of Our Nature: Why Violence Has Declined”, en el que argumenta que la violencia en la historia ha ido disminuyendo, afirmación sustentada en una serie de data, y que esta tendencia estaría ligada a un incremento del raciocinio y la lógica, la cual sería la base de la moral. Gutting difiere, y pasa a demostrar cómo la moral se radica más en los sentimientos que en la razón.

En el mayor caso de falsificación de obras de arte en Alemania desde 1945, Wolfgang Beltracchi, su esposa y dos cómplices fueron condenados a penas de cárcel reducidas, luego de una negociación. Niklas Maak reflexiona sobre el caso en la Frankfurter Allgemeine Zeitung. Beltracchi era hijo de un talentoso pintor de iglesias que pasó a pintor de brocha gorda: un desarrollo humillante para el padre. El hijo, también talentoso, estudia en la escuela de arte, pero es rechazado por el sistema. Entonces –escribe Maak- “el artista que ha sido rechazado como Wolfgang Fischer-Beltracchi se disfraza de Max Ernst, de Derain, y es amado”, más que falsificar, “inventa” obras de maestros del arte contemporáneo, que pasan a ser sus heterónimos. Según Maak, le ha pintado una Fata Morgana al sistema, o descubierto un sexto continente.  Su vida es digna de un libreto de cine; Beltracchi pasa a la clandestinidad con mujer e hijo, viajando en un motorhome por Europa y viendo sus pinturas colgadas en los museos. Hasta 200 podrían ser. En cuanto al mundo del arte: el experto de arte Werner Spies, también colaborador del mismo diario, autenticó e intermedió obras de Beltracchi para el marchante francés Blondeau, el cual a su vez las vendió por un precio mucho mayor a la Colección Würth, en la nómina de cuyo “Consejo Artístico” estaba…Werner Spies, cobrando comisión de Blondeau.  Der Spiegel trae también un artículo en inglés.  

Ayer fue un día histórico. Doce militares argentinos fueron condenados a cadena perpetua por torturas y asesinatos cometidos en la ESMA. 5000 detenidos pasaron por allí, solo 100 sobrevivieron. Algunas de las víctimas son: la fundadora de Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Domon,
el escritor y periodista Rodolf Walsh, quien un día antes de ser asesinado escribió una carta abierta a la Junta Militar, a un año del golpe de Estado contra Isabel de Perón, que refleja ya con toda crudeza la dimensión del horror creado por los militares. Frente a esto, Fernando Laborda escribe en La Nación que la sentencia es de celebrar, pero que también hay que enjuiciar los crímenes cometidos por los guerrilleros, algo cierto pero que parece equiparar ambas violencias, cosa que en este caso no es lícita. En el mismo tenor transcurre el editorial, que parece más interesado en resaltar el sesgo de algunos organismos de derechos humanos. En la acera opuesta, a Página12 parece importarle más la conmemoración del primer aniversario de la muerte de Néstor Kirchner. Clarín entrega un perfil de Alfredo Astiz, el ángel de la muerte que infiltró las Madres de Plaza de Mayo y las marcó con un beso en la mejilla. Aquí se encuentra el testimonio de Carlos Lordkipanidse, torturado por Astiz junto a su bebé de 20 meses. Clarín también cuenta la historia de la diputada Victoria Donda, nacida en la ESMA, cuyos padres Montoneros fueran muertos por los militares, entregada en adopción a un militar, y que hoy celebra la cadena perpetua de su tío, el represor Adolfo Miguel Donda.

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