lunes, 31 de octubre de 2011

Hormigas

Durante la Transición, la filosofía en España procuró la “puesta al día” con las tendencias de la Modernidad. Hoy, no necesita ya partir desde cero, resultando un clima ecléctico y lleno de “transversalidad”. En El Cultural, Jacobo Muñoz introduce breve a los “nuevos filósofos”. La nota que sigue presenta fragmentos de cada uno, a tono con la “onda” de la Web. Para Jorge Fernández Gonzalo la filosofía debe salir de la academia y entrar en Facebook, y no se puede criticar el sistema con las herramientas del sistema; José Sánchez Tortosa sostiene que las redes sociales no bastan, que hay que estudiar, y que la pésima instrucción pública deja a la gente sin herramientas intelectuales, a expensas de propagandistas; Rocío Orsi encuentra que la filosofía tiene la misma tarea de siempre, la postmodernidad es un sistema filosófico más, y la crisis actual es también de ideas; según David Casacubierta el postmodernismo sirvió para repensar la Modernidad, hoy es menester plantearse cómo “abordar la espiritualidad en un mundo material y sin diseño intrínseco”; para Eduardo Maura la crisis se agudiza cuando las ideas se atrasan respecto a la sociedad, la postmodernidad es “multiflexible” (¿?) y crece sin mesura; Belén Altuna exclama: “la filosofía tiene que hacerse oír”, y la razón sigue buscando una validez intersubjetiva; Luis Sáez Rueda dice que la filosofía ha de mostrar cómo, bajo las apariencias, vivimos en un mundo enfermo; para Joaquín Fortanet, “tanto Auschwitz como la derrota del sueño marxista vedaron los caminos de la filosofía”; Inmaculada Murcia piensa que los sistemas filosóficos se derrumbaron mucho antes del postmodernismo y que las redes sociales dan para cultivar el aforismo; para Domingo Hernández podemos dejar de tomarnos en serio la postmodernidad, y por eso le ha tomado cariño.

En una montaña de Mozambique el biólogo evolucionista E.O. Wilson dice que la filosofía ha estado basada en un modelo equivocado del cerebro, que el Apocalipsis es la obra de un esquizofrénico paranoide y que Charles Darwin es el referente principal que cambió todo. Howard French lo visitó para The Atlantic Monthly, y hablaron del asalto que Wilson, a sus 82 años, prepara a nuestras ideas sobre la naturaleza humana: la “Teoría sobre todo”. Su obra muestra una instancia seminal: su trabajo con hormigas, observando que, al igual que los humanos, son de las pocas especies “eusociales”. La “sociabilidad” sería intrínseca y no cultural. No el desarrollo del cerebro, sino el código genético sería determinante. Según Wilson, dos fuerzas rivales impulsan la conducta humana: selección grupal (que implica comportamientos altruistas) y selección individual (comportamientos egoístas para transmitir los propios genes), con ambos operando simultáneamente. La selección grupal generaría virtud, la selección individual, pecado. Una explicación in nuce de la condición humana, según el autor del reportaje. La filosofía era, al principio, una “Teoría sobre todo”. El polémico libro que saldrá: The Social Conquest of Earth.   

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