viernes, 18 de noviembre de 2011

Sexto Califato

Continuando con el dossier de Letras Libres sobre España, Julio Crespo MacLennan sostiene que el Estado de Bienestar logró una sociedad más igualitaria y acabar con la pobreza extrema. Pero ha llegado a sus límites y tiene que ser transformado. Las razones se podrían ordenar alrededor de cuatro factores. La demografía, el desempleo, las diecisiete autonomías y la competencia feroz entre los partidos por ofrecer beneficios sociales con fines electorales, sin revisar su sustentabilidad o razón de ser.

Martine Gozlan escribe en Marianne sobre los lapsus que sufren los islamistas tunecinos del partido Ennahda,  luego de las elecciones a la Constituyente. La diputada Souad Abderrahim dijo que las madres solteras son un insulto para Túnez y todo país árabe-musulmán, y el futuro Primer Ministro Hamadi Jemali habló en un discurso de un momento histórico, “divino”, una nueva etapa civilizatoria: el sexto califato. El quinto califato fue el otomano, abolido en 1924 -dando paso al estado laico turco- por Kemal Attatürk, gran inspirador de Habib Bourgiba, padre del Túnez moderno y detestado por los islamistas. El Estado laico es parte del pasado desde que Recep Erdogan gobierna en Turquía. Luchar por la democracia en Túnez para terminar de esta forma, sería una farsa.

¿Los hijos del libro están alborotados? Al parecer partiendo de El nombre de la rosa, el dramaturgo y director de escena argentino Rodrigo García, comienza su pieza Golgotha picnic: “En el principio era la risa”. Un espectáculo lleno de imágenes, sin personajes, pero con cinco actores que se “reparten el flujo de su palabra”, según reseña Rue 89. Sobre la imagen de Jesús crucificado: “todos estos cuadros llenos de cruces, de lágrimas y de quejas, son propaganda para la perversión, el tromento y la crueldad”, dice el texto, y Jesús fue el “primer demagogo, multiplicó el alimento para el pueblo en lugar trabajar codo a codo con él”.  Afuera del Théatre Garonne de Tolouse, donde fue estrenada la obra, manifestantes de izquierda se confrontan con los integristas católicos del Institut Civitas, que ya protestaron puestas en escena del italiano Roméo Castellucci en Rennes y Paris.  

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