jueves, 23 de febrero de 2012

La parte por el todo


Alma Guillermoprieto: El Salvador, país condenado por la violencia.
El Mundo Economía y Negocios: Ibsen Martínez sobre las cárceles en América Latina
New York Times: Nina Menkes: estallido del alma en trance.

El Boomeran(g) presenta en PDF un artículo aparecido en Claves de Razón Práctica, escrito por Alma Guillermoprieto, que regresa a El Salvador luego de treinta años y no reconoce nada. La autopista que hoy lleva del aeropuerto a la ciudad no deja entrever la antigua carretera, en cuyo borde se descubrieron los cuerpos de cuatro religiosas asesinadas y violadas durante la guerra civil. Tras la apariencia próspera, sin embargo, se muestra sin mayor disimulo la realidad violenta del país, encarnada ahora en las bandas llamadas maras, secuela de aquel conflicto armado. Un país destrozado en su infraestructura, con miles de campesinos desplazados engrosando los barrios pobres y los gobiernos de la derechista ARENA sin mostrar mayor preocupación por los pobres, necesitaba para incendiarse sólo la chispa provista por los hijos de los refugiados salvadoreños en Los Ángeles, que importaron la cultura gangsteril de la ciudad. Forman parte de una red trasnacional del crimen, en la que se mezclan las drogas, el secuestro y el tráfico de personas. Guillermoprieto encuentra una policía sobrepasada; producto del acuerdo de paz, que comprometió a la inclusión de miembros de ambas partes del conflicto, bajo supervisión de la ONU, nadie está de su lado, en parte por su intento en mantenerse neutral. El original puede verse en The New York Review of Books.
En El Mundo de Venezuela, Ibsen Martínez comenta las recientes tragedias carcelarias en Honduras y México como parte de un fenómeno endémico en América Latina. Un anuario de los incidentes en Venezuela formaría un grueso volumen, pero sin lectores, pues un rasgo de la deshumanización de la sociedad es la indiferencia que provocan estos reportes. La corrupción del sistema judicial sería una manifestación de nuestra disfuncional modernidad, estatista y clientelar, y tener que pagar por un proceso menos injusto sería el origen de las masacres carcelarias. La arbitrariedad y el retardo procesal crearían poderosos incentivos a la corrupción, actuando desde los edificios de tribunales hasta las celdas.
Martínez implica que las cárceles, a la vez que ser realidades aparte, conscientemente ignoradas por el mundo exterior, son una metáfora de este, y que si se quiere saber cómo es una sociedad basta ver su realidad carcelaria. Coincide -en esto- con el artículo de Christopher Glazek en N+1, que se refiere a la situación en EEUU, comentado anteriormente en este blog.
Al igual que el 1,5% de la población de El Salvador que forma parte o está vinculada a las maras, es una expresión de su sociedad.
El New York Times reseña la retrospectiva de la cineasta Nina Menkes en el UCLA Film & Television Archive de Los Angeles y en Anthology Film Archives, en Nueva York. Las películas de Menkes, si no biográficas, son “intensamente personales” y parecen “emanar directamente de su psique”. Una outsider tanto de la vanguardia, como del cine experimental, sin “maestros ni seguidores”, su obra está partida en dos: las películas hechas con su hermana Tinka como actriz, y las que le siguieron luego de una pausa de diez años. “Me gusta la idea de conjurar películas, más que dirigirlas o escribirlas”, sostiene. Pero no tienen nada de esotérico, “derivan su poder visceral de la elegancia y el rigor formal”, a pesar de que Menkes opera la cámara ella misma, siguiendo la máxima de Cartier-Bresson, de que hacer una fotografía es “colocar la cabeza, el ojo y el corazón sobre el mismo eje”.
El tráiler de Phantom Love ilustra muy bien la reseña. La levitación al final tiene un giro que la aparta de lo típico.

No hay comentarios: