sábado, 31 de marzo de 2012

Vediamoci a Cadaqués



Copyright: Lisbeth Salas
¿Por qué pensar en la muerte?
The Guardian: Mohsin Hamid sobre Tabucchi, las reglas de la ficción, y Sostiene Pereira
Letras Libres: Vila-Matas, Tabucchi y los recuerdos inventados.

Lo mejor de la Web no siempre está en los medios (grandes o alternativos) públicos. Luis Córdova, periodista latinoamericano, publicó en su muro de Facebook, breve, sin esfuerzo, y con espíritu: “Se murió en su Lisboa el escritor italiano Antonio Tabucchi... Agarro un libro inolvidable, marcador para tantos de nosotros, y de inmediato los ojos leen: "...Y él, Pereira, reflexionaba sobre la muerte. En aquel hermoso día de verano, con aquella brisa atlántica que acariciaba las copas de los árboles, y un sol resplandeciente, y con una ciudad que refulgía, que literalmente refulgía bajo su ventana, y un azul, un azul nunca visto, sostiene Pereira, de una nitidez que casi hería los ojos, él se puso a pensar en la muerte. ¿Por qué? Eso a Pereira le resulta imposible decirlo...".
En The Guardian, pero del año pasado, el novelista Mohsin Hamid relee Sostiene Pereira, libro que devoró en una tarde y una noche en un hotel de San Francisco, y se pregunta cómo ha podido esta novela, literaria como la que más, resultar “a thrilling page-turner”. La respuesta estaría en su forma: su brevedad es el contrapeso de su tema. Hamid sostiene que Sostiene Pereira se mueve rápida sobre el formato corto. Pero lo más impactante es el uso del testimonial: “La novela no es una narrativa tradicional en tercera persona, en la cual Pereira es, él mismo, un personaje meramente. Tampoco es una narrativa tradicional en primera persona, en la cual Pereira nos cuenta su historia. En cambio, tenemos un testimonio en el que Pereira testifica la relación de sus actos, transcrita por otra persona”. A través de la forma testimonial el lector se convierte en detective. Hamid sostiene: “las lecciones que Pereira enseña sobre cómo funciona la ficción tienen el poder de transformar. Sin duda cambiaron a este escritor. Sin Pereira mi segunda novela no hubiera sido escrita como lo fue. Por eso, y por el placer que Sostiene Pereira me ha proporcionado repetidamente, estoy profundamente agradecido”.
En Letras Libres del 2003, Enrique Vila-Matas le da un par de vueltas de tuerca a lo explicado por Hamid, en su artículo Los Tabucchi. Asegura tener un recuerdo de los cinco años, en el que conoció a Antonio Tabucchi, entonces un niño de diez, al que todas las tardes le gritaba cosas por encima de la tapia, durante las vacaciones de verano, sin saber por supuesto que sería después Antonio Tabucchi. Vila-Matas dice que su madre dice que él, Vila-Matas, siempre inventa los recuerdos. Incluso escribió un libro de recuerdos inventados, en el que inventa recuerdos del escritor Tabucchi, entre otras cosas. Pero cuando leyó el libro, su madre le dijo: tal vez el Tabucchi ese sea el niño de al lado, el de los Tabucchi. Al conocerse finalmente, ambos escritores deciden que su recuerdo debe parecer inventado…y la mejor forma es contando la verdad. Como haciendo valer (pero como niños, no como adultos) lo que el niño de cinco años le gritaba al de diez, al otro lado de la tapia, aquél verano, real o inventado, en Cadaqués: “Antonio, los adultos son estúpidos”. 

No hay comentarios: