The Guardian. Shakespeare, imperialismo cultural
Le Monde.
Christophe Donner: la “persona” del cineasta
En The Guardian, Emer
O’Toole exclama que La Comedia de
Errores es una pieza anodina con dos mellizos a los que confunden todo el
tiempo, que La Fierecilla Domada es
tan universal como el cinturón de castidad, y El Mercader de Venecia como los juicios de Nüremberg. ¿Shakespeare,
universal? ¡Puro imperialismo cultural! Un invento-instrumento del antiguo
imperio británico para imponer su hegemonía en el mundo. Y si bien celebra el World Shakespeare Festival por traer
compañías de todo el globo para interpretar las obras de Will, se pregunta por
qué no pueden, también, interpretar otras. De las puestas en escena, menciona
las de Palestina, India y una versión en swahili de Las Alegres Comadres de
Windsor que “atina a inyectar la más descerebrada y aburrida de las comedias de
Shakespeare con vitalidad y ataques de risa”.
En Le Monde
Christophe Donner evoca
con sorna la época en que soñaba hacer películas. Como no tuvo éxito, se
dedicó a detestar al cine, cosa que continúa. Para poder detestarlo mejor, se
puso a escribir diciéndose que la literatura contiene a todas las artes. Ante
el Festival de Cannes de este año, sostiene
que si el cine es un arte, es la que reduce y desnaturaliza a todas las demás,
como cuando usa acompañamientos musicales para despertar emociones que no están
en la pantalla. La literatura es la más maltratada de todas: el sufrido
escritor logra al final el éxito con un libro que “se encuentra en la vitrina
de una librería, frente a la cual pasa por casualidad el personaje que inspiró
al libro, que entra a la librería justamente cuando el autor está firmando
dedicatorias de su novela. Eso no sucede más que en el cine, tan idiota es”. Henchido
de su propio orgullo, el cine ha inventado un personaje: el cineasta. El colmo
es que, muy de vez en cuando, produce obras maestras.
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