lunes, 21 de mayo de 2012

¿Shakespeare, universal? ¿El cine, un arte?


The Guardian. Shakespeare, imperialismo cultural
Le Monde. Christophe Donner: la “persona” del cineasta



En The Guardian, Emer O’Toole exclama que La Comedia de Errores es una pieza anodina con dos mellizos a los que confunden todo el tiempo, que La Fierecilla Domada es tan universal como el cinturón de castidad, y El Mercader de Venecia como los juicios de Nüremberg. ¿Shakespeare, universal? ¡Puro imperialismo cultural! Un invento-instrumento del antiguo imperio británico para imponer su hegemonía en el mundo. Y si bien celebra el World Shakespeare Festival por traer compañías de todo el globo para interpretar las obras de Will, se pregunta por qué no pueden, también, interpretar otras. De las puestas en escena, menciona las de Palestina, India y una versión en swahili de Las Alegres Comadres de Windsor que “atina a inyectar la más descerebrada y aburrida de las comedias de Shakespeare con vitalidad y ataques de risa”.
En Le Monde Christophe Donner evoca con sorna la época en que soñaba hacer películas. Como no tuvo éxito, se dedicó a detestar al cine, cosa que continúa. Para poder detestarlo mejor, se puso a escribir diciéndose que la literatura contiene a todas las artes. Ante el Festival de Cannes de este año, sostiene que si el cine es un arte, es la que reduce y desnaturaliza a todas las demás, como cuando usa acompañamientos musicales para despertar emociones que no están en la pantalla. La literatura es la más maltratada de todas: el sufrido escritor logra al final el éxito con un libro que “se encuentra en la vitrina de una librería, frente a la cual pasa por casualidad el personaje que inspiró al libro, que entra a la librería justamente cuando el autor está firmando dedicatorias de su novela. Eso no sucede más que en el cine, tan idiota es”. Henchido de su propio orgullo, el cine ha inventado un personaje: el cineasta. El colmo es que, muy de vez en cuando, produce obras maestras.

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