jueves, 7 de febrero de 2013

El infierno son los otros

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Revista Ñ, Daniel Molina: la cárcel es la muerte

Revista de Letras: Jordi Corominas i Julián: Malaparte y el Duce

ADN Cultura: Eduardo Berti: Ödön von Horváth, mejor que Brecht

Ambos Mundos: Antoni Pizá: 100 años de Britten.

The Space: War Requiem en Coventry

Su madre entró fumando a la sala de parto y Daniel Molina nació muerto. Inexplicablemente, volvió a la vida. “La heterodoxia y la muerte, que fueron mis nodrizas, no me han abandonado nunca”, escribe en Revista Ñ. En 1974 era militante del PRT-ERP y prestaba servicio militar, cuando el gobierno peronista lo puso preso. Su condición de homosexual hizo todo peor, porque “en ese entonces la gente de izquierda era militantemente homofóbica”. Molina escribe: “Hay una experiencia que se parece a la muerte. Es la prisión. Más que la vida en la cárcel, lo mortuorio es el hecho de ir preso”, dice, y precisa: “ese instante es eterno”. Molina siguió detenido durante la dictadura militar hasta la Guerra de Las Malvinas, cuando un carcelero entró a decirle: “todos estamos ahora en el mismo bando”. El año que estuvo encerrado en Caseros, Buenos Aires, fue el peor de su vida. Era la nada: “Ahora vivo dos vidas: la que vivo y la que imagino. Mi imaginación es del doble del tamaño de lo real”. No sólo el texto merece una atenta lectura. También su autor. Molina expresa cómo se ha consumido una generación en Argentina: “Mi primer amigo del primario murió durante la epidemia de poliomielitis. Muchos de mis compañeros del secundario fueron secuestrados y asesinados en los 70. En los 80, durante la primera etapa democrática, el sida se llevó a decenas de conocidos y amantes. Ahora ya nos vamos muriendo de viejos”. Escribe: “el infierno son los otros”.

A veces la imaginación es la mitad o menos de lo real. Si al entrar en el feed reader aparecen tres notas al azar, cuya característica común es el tratamiento anodino de un gran tema, es casi imposible no preguntarse por qué el periodismo en castellano se entrega a tan irresistible atracción por la medianía. El ambiento no es propicio, seguramente.

En Revista de Letras, el texto de Jordi Corominas i Julián sobre Muss/El Gran imbécil, de Curzio Malaparte, tiene una oración interesante: cuando se refiere a la primera parte de Muss como “la que reflexiona sobre el fascismo como conclusión horripilante de la contrarreforma”. Suficiente para hojear el libro.

En ADN Cultura Eduardo Berti reseña la publicación en castellano de una novela del dramaturgo austrohúngaro Ödön von Horváth. Curiosamente necesita dos tercios de su extensión para informar que se trata de El eterno pequeñoburgués. En todo caso, presenta una informativa historia de este escritor que huyó de los nazis, y que estando a punto de ser salvo en Hollywood fue aplastado por un árbol. Peter Handke habría escrito de él, en 1968, que era mejor que Brecht. Berti no menciona sus dos piezas más conocidas: Historia del bosque vienés y Casimiro y Carolina, ni que se trata acaso del más ilustre exponente del teatro popular en lengua alemana.

En la revista Ambos Mundos, Antoni Pizá llama la atención sobre la celebración del año centenario de Benjamin Britten, que culminará el 22 de noviembre de 2013 con la producción de la ópera Peter Grimes en la playa que la inspiró. Pizá comienza su artículo contando que vio en YouTube un video de Britten y su compañero, Peter Pears, interpretando Die Winterreise de Franz Schubert. Lo describe en detalle, pero no proporciona el link. Habla de la aparición de Britten tras un largo hiato de la música inglesa que venía desde el Barroco, y destaca el sentido de la economía en su trabajo “para fuerzas reducidas”. Proporciona el vínculo del sitio web creado por la Britten-Pears Foundation para la conmemoración, y enumera la usual panorámica de eventos. No dice que la página contiene una notable muestra de piezas de Britten, ordenada por diferentes categorías: modo, género, instrumento, escritores (Britten era un amante de las letras), tempo, fecha y popularidad. También hay una colección de entrevistas en video sobre el compositor.

Para más información sobre Benjamín Britten, se puede visitar este catálogo. El sitio The Space muestra un documental de la BBC que incluye el estreno de War Requiem en 1962, con motivo de la consagración de la nueva Catedral de Coventry, destruida en la Segunda Guerra Mundial, al igual que la esta presentación, cincuenta años después.  El streaming del vídeo no es muy fluido, por lo que se puede ver en YouTube esta representación dirigida por John Eliot Gardiner, y la película de Derek Jarman. War Requien fue compuesta en memoria de cuatro amigos de Britten y Pears, muertos en la guerra. Intercala textos en latín con poemas del soldado Wilfred Owen.

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