viernes, 21 de octubre de 2011

Incertidumbre árabe

Gadafi podrá haber sido muerto con una pistola de oro en sus manos, pero el hecho más trascendental de toda la “primavera árabe” está por ocurrir este domingo: la elección en Túnez a la Asamblea Constituyente. El partido islamista Al-Nahda podría emerger como la primera fuerza del país, y para algunos tiene una agenda oculta de línea dura. Ahram Online habló con su líder, el filósofo Sheikh Rashed Al-Ghanoushi, quien se considera a sí mismo como moderado, aboga por un gobierno de coalición nacional, prefiere el sistema parlamentario sobre el presidencial, y sostiene que la Sharia es la principal fuente del derecho, pero que la legislación deber ser promulgada por el estado civil.
Un reportaje de Yasmine Fatih cuenta la historia de dos amigos coptos, que vivieron los días de Tahrir como esperanza, y fueron separados por la muerte producto de la violencia sectaria. Durante la revuelta en Egipto, los islamistas reclamaban un estado civil y ahora quieren uno islámico. Luego de una breve luna de miel entre cristianos y musulmanes, la hostilidad contra los coptos se ha incrementado. Se sospecha que los militares utilizan la violencia religiosa igual que Mubarak para sostenerse en el poder.

En La Repubblica, Vincenzo Nigro hace un recuento de la revolución en Libia, reconociéndole a Bernard Henri-Levi el rol crucial al inclinar la balanza en el momento más crítico, para evitar lo que hubiera sido una limpieza étnica en Bengasi. Sin embargo, augura un futuro explosivo en el camino de Libia hacia una democracia que nunca ha tenido.

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