martes, 20 de marzo de 2012

Taxonomía y barroco

Revista Ñ: Beatriz Sarlo y el barroco de Monsiváis.
El Faro, El Puercoespín: En El Salvador los muertos se negocian
Sampsonia Way: el presidente sin rostro

En la Revista Ñ, Beatriz Sarlo evoca a Carlos Mosiváis con motivo de la publicación de una Antología esencial por la editorial Mardulce. Alejado del populismo cultural, los textos de Monsiváis, “antiesencialista y libertario”, no proclamaban la redención de lo “bajo” que se transmuta en lo verdadero y desaloja a lo “alto”. El drama y su parodia se desarrollarían para él en la superficie, su sensibilidad a las contorsiones de la forma captó el barroco mexicano. La cultura contemporánea vive de efectos, de la presentación espectacular de algo. “Si algo le queda al nacionalismo es su condición pop”, escribió en uno de los ensayos. Lo más personal de Monsiváis no sería la argumentación sino la capacidad para percibir y clasificar. “Dicho así, parece sencillo”, sostiene Sarlo. “Sin embargo, Monsiváis clasifica una masa gigantesca y escribe su “fisiología”: la cultura popular, la cultura industrial, el pop, la literatura, los usos y costumbres. Cada elemento de la infinita taxonomía lleva su calificación descriptiva en una especie de síntesis vertiginosa”.  Barroco.
El gobierno de El Salvador pacta con las pandillas. El reportaje, realizado por el periódico digital El Faro, de ese país, le llevó a recibir serias amenazas, como informa El Puercoespín. En el trabajo de El Faro, un pandillero en libertad recibe la orden por celular de correr la voz y aguantar la marcha de asesinatos. Pronto se revela que se trataría de un acuerdo entre el Ministerio de Justicia y Seguridad, cuyo titular habría prometido en noviembre reducir en un 30% los asesinatos anuales, y los jefes de las pandillas, que habrían sido trasladados de la prisión de máxima seguridad de Zacatecoluca y obtendrían beneficios económicos para sus familiares.
La caricaturista venezolana Rayma Suprani irá mañana a denunciar ante la Fiscalía de ese país el acoso que ha recibido a través de redes sociales, luego de ser acusada en un programa de la televisora del gobierno, VTV, de ““propagar odio”, de “racista”, “clasista” y un “ejemplo del tratamiento denigrante al que la oligarquía y el imperialismo someten al pueblo”. En Sampsonia Way, Suprani explica en una entrevista cómo es trabajar en un país donde quien irrespete al presidente puede ser condenado hasta a 30 meses de cárcel (para quien quiera seguir el link que allí se ofrece: art. 148 del Código Penal) y “lo que prima es la idea militar de obedecer órdenes y evitar la diversidad de pensamiento”.


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